PROPUESTA DE PAZ
DE CEDECOL E IGLESIAS Y ORGANIZACIONES CRISTIANAS
EVANGÉLICAS
UN
ESTADO DE GRACIA DE SIETE AÑOS
PARA
COLOMBIA -- 2013 A 2020
Los
Diez Mandamientos para salir del presente desierto de conflicto armado, a la
tierra prometida
de
paz y prosperidad
Manifiesto público de la
Confederación Evangélica de Colombia (CEDECOL) y diferentes iglesias y
organizaciones cristianas evangélicas, dirigido a:
El Gobierno de Colombia y demás instituciones del Estado,
las víctimas civiles del conflicto,
los actores armados (FARC, ELN, EPL, paramilitares y bandas armadas
criminales),
la Iglesia, las comunidades indígenas y las negritudes,
las demás fuerzas vivas de la sociedad,
los cuarenta y siete millones de compatriotas en territorio colombiano y
los de la diáspora, a la comunidad internacional,
y a los países amigos en la mesa de diálogos por la paz en Cuba:
A todos y cada uno los saludamos con la paz del Príncipe de paz.
AGRADECEMOS QUE NOS ENVÍEN SU VALORACIÓN DE ESTA PROPUESTA, O CUALQUIER
CONSULTA O ACLARACIÓN A:
DEFINICIÓN DE ESTADO DE GRACIA EN
CÁPSULAS
ü Estado, porque nuestra propuesta encierra a todas las
instituciones y a todo el sistema organizativo del Estado de la República de
Colombia, además de ir dirigida al pueblo en su conjunto. Estado de Gracia, porque el actual sistema de Estado de derecho
está pensado para tiempos de paz, pero necesitamos un marco jurídico y un proceso social de
gracia redentora y perdón generalizado que nos permitan salir del actual
conflicto armado. Estado de Gracia de
Siete Años (EG7), porque no es algo prolongado indefinidamente, sino que se
establece un límite de tiempo para conceder y aceptar el perdón. Proponemos que
el EG7 se instale en el 2013 y tenga vigencia hasta el 2020.
ü El pacto que cada
colombiano, y Colombia entera, establece con su Creador, a través de El Decálogo (los Diez Mandamientos de
la Ley de Dios) es la puerta de entrada a una solución armoniosa entre la ley y
el perdón; la justicia y la paz. El EG7 es una medida de gracia excepcional,
que levanta a Colombia del precipicio de la guerra y la coloca sobre la senda
recta de la obediencia a la Ley
divina y a la Constitución de la
República de Colombia.
ü El Estado de Gracia solicita al Gobierno que se
establezcan mesas multilaterales de
diálogo en Colombia con los representantes de todas y cada una de las
partes del conflicto: Gobierno/fuerza pública/instituciones del Estado,
Autodefensas, bancrim, FARC/ELN/Guerrilla, víctimas, y fuerzas vivas de la
sociedad civil; con la intención de buscar la adhesión de todos al Estado de
Gracia de Siete Años. El EG7 busca una democracia efectiva y participativa.
ü Las mesas
multilaterales de diálogo en Colombia, la consulta
popular para ratificar los acuerdos de estas mesas, junto a los acuerdos de Cuba, y la instalación de
un Gobierno de unidad nacional con los representantes elegidos
en estas mesas, son la columna vertebral de la propuesta política y social en
la primera fase del Estado de Gracia de Siete Años.
ü Proponemos el Estado de Gracia como la mejor justicia transicional para los delitos
de sangre, y como solución radical
para acabar con la economía sumergida del narcotráfico
y de la corrupción.
ü Declarar el jubileo y fin
del conflicto, después de cincuenta años de guerra, es la meta del Estado de
Gracia; esto significará que la
tierra devuelve sus muertos enterrados y desaparecidos, para que sus familiares
los lloren y les den digna sepultura. La tierra descansará de la muerte
sembrada en su seno con las minas antipersonales. Los secuestrados serán
liberados sin precio, y los reclutados forzosamente, sin violencia. Los desplazados
volverán a trabajar sus campos. Las tierras serán restituidas a sus antiguos
dueños. Y a los deudores se les ofrece la gracia de un pleno perdón, por su
confesión, petición de perdón a las víctimas, restitución, colaboración en
esclarecer la verdad, y su trabajo para reconstruir la nación.
2
EL DIOS QUE AYUDA A SANTOS
EL PARAÍSO PERDIDO DE TIMOCHENKO
LA PROPUESTA DE GABINO PARA SALIR DEL CONFLICTO
Y, una plegaria en identificación con la sangre derramada de los mártires
"Con la ayuda de Dios, con
la solidaridad de mi esposa y de mis hijos, y con los buenos deseos y plegarias
de mis compatriotas, vamos a superar exitosamente esta circunstancia, la cual
estoy seguro no será nada más que otro de esos desafíos que nos toca a todos
enfrentar en la vida." Fueron las palabras con las que
el presidente Juan Manuel Santos
concluyó su alocución al país, el 1 de octubre de 2012, día en que hizo el
anuncio público de que se sometería a una operación por su afección de cáncer
de próstata.
Rodrigo
Londoño Echeverri, alias Timoleón Jiménez o Timochenko, Comandante del
Estado Mayor Central de las FARC-EP, en comunicado público dirigido al presidente Santos, a
comienzos del 2012, decía: “Se puede ser seguidor y adorador
de Dios. Pero no debería hacerse abstracción del hondo contenido de los mitos
religiosos. (…) Los cristianos, por citar un ejemplo, apelan al Génesis como la
explicación real o figurada del comienzo de las cosas. Y hasta sin ser
fanáticos, aceptan la expulsión del paraíso como la consecuencia lógica del
pecado de desobediencia. Pero, ¿qué pensaba Adán? ¿Estarían resignados él y Eva
a que se los condenara de ese modo para toda la eternidad? Jack London trae a
cuento un verso insuperable, que refleja de modo magistral su situación: El ser
que arrojaste del Jardín del Edén, era yo, Señor. ¡Allí estaba yo, desterrado! (..) Nosotros, al igual que la
inmensa mayoría del pueblo colombiano, pertenecemos a la estirpe mundial de
mujeres y hombres a quienes un soberbio poder celestial desterró del paraíso.
(…) Nuestro destino es recuperar lo que nos pertenece. Proclamamos nuestra
verdad: Este conflicto no tendrá solución mientras no sean atendidas nuestras
voces.”
En
entrevista concedida a El Espectador, aparecida el 24 de marzo 2013, Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino, máximo comandante del ELN, en
referencia a la Convención Nacional, declaraba: “Una salida política para alcanzar la paz requiere escuchar a las
comunidades, y que ellas sean protagonistas del proceso. En una mesa de diálogos
debe asumirse una agenda social que recoja sus luchas y reclamos; hoy tenemos
que reafirmarlo como asunto indispensable al plantearse la agenda para la paz y
la superación del conflicto. En Colombia todos los sectores populares y
sociales han planteado sus plataformas a través de sus luchas, retomarlas es
urgente y caminar en su realización es ir hacia la paz.”
A continuación la oración de uno
de los ocho pastores, al concluir su
encuentro con ‘Iván Ríos’ y ‘Simón
Trinidad’, en San Vicente del Caguán, en diciembre de 1999, cuando les pidieron
reconsiderar sus acciones ante el martirio de treinta y nueve pastores ese año,
y la clausura de más de trescientas iglesias y colegios en los campos. Sirva
esta sangre y clamor como plegaria por
nuestro pueblo, por el Presidente y los representantes públicos, y por los
negociadores del proceso de paz, en este momento histórico para el país.
“Nuestro Padre que estás en los cielos, agradecemos que nos permitas
invocar tu nombre como Creador de los cielos y de la tierra, dueño de nuestra
vida y dirigente de todas las cosas en este mundo. Gracias, Señor, por la
oportunidad de haber venido hasta acá para dialogar con los comandantes, y
encontrar la comprensión en cada uno de los temas que hemos puesto sobre la mesa.
Señor, en las equivocaciones que hemos tenido, te rogamos que nos perdones. Y
danos una visión clara de las cosas, para que sepamos cómo debemos obrar en
bien de la humanidad, y de nuestra amada Colombia, que tanto y por tantos años
ha sufrido. Señor, intervén, mostrando a los Gobiernos de este país cómo llegar
a una paz plena y total, que tanto reclamamos todos. Lo agradecemos en el
nombre inmortal del Señor Jesucristo. ¡Amén!”
3
RESPALDO A LOS NEGOCIADORES DE LA MESA DE DIÁLOGOS
Respetados señores del Gobierno, y de la mesa de
diálogos en Cuba:
En primer lugar, decirles que
apoyamos este proceso de "Acuerdo
general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable
y duradera" en Colombia.
Los felicitamos por su sincero deseo de intentar alcanzar tal objetivo en estas
negociaciones. Cuenten con nuestras oraciones. Las Sagradas Escrituras así lo
demandan de nosotros los creyentes, cuando nos exhortan a que hagamos “plegarias, oraciones, súplicas y acciones de
gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en
autoridad”. Y esto, con el fin de que “podamos
vivir de manera tranquila y apacible con toda piedad y dignidad”.
El presente documento no es tanto
una petición al Gobierno o a los negociadores de la mesa de Cuba; no es una
reivindicación ni una denuncia. Y, más allá de ser una propuesta de paz, es una
declaración de lo que nos proponemos hacer. El Estado de Gracia es una contribución de la Iglesia Cristiana
Evangélica a la reconciliación y reconstrucción de Colombia. Esta es
nuestra mano tendida a los actores del conflicto; es nuestro ofrecimiento al
pueblo colombiano a que nos acompañen a reproducir en todo el país lo que los
cristianos hemos venido construyendo a precio de sangre todos estos años: un
modelo de gracia y redención que ha producido un cambio profundo en vidas y
comunidades; un modelo social y espiritual libre de las tan comunes ansias de
poder y de riquezas; un modelo de cambio que solo busca beneficiar a sus
compatriotas y a su nación.
Además de la autoridad moral y espiritual que tenemos frente al país y el
modelo de cambio que podemos aportar, nos mueve una preocupación por la manera
como se está planteando el actual proceso de paz.
Quienes esta propuesta presentamos
somos parte de ese pueblo cristiano evangélico que ha hecho presencia activa en nuestra tierra por
casi tres cuartos de siglo, y que ya suma más del catorce por ciento de la
población. En identificación con esos más de siete millones de fieles, con las
iglesias presentes en prácticamente todos los pueblos y aldeas del territorio
nacional, y sobre todo en identificación con la sangre derramada por nuestros
compañeros pastores mártires en este medio siglo de conflicto armado en
Colombia, respetuosamente nos dirigimos a los señores negociadores y al país
para decirles lo siguiente:
La mesa de negociaciones de Cuba
es necesaria pero no suficiente;
pedimos un proceso más amplio y
profundo en Colombia.
Si lo único que pretenden las
negociaciones en Cuba es una solución política rápida de la confrontación
armada con las FARC, y un proceso hermético y aislado de la sociedad
colombiana, corremos el peligro de hacer de éstas el enfoque exclusivo de todas
las miradas. Estas negociaciones estarán bajo el severo escrutinio de la
justicia internacional y de las ONG de derechos humanos. Toda apariencia de
impunidad y de solución de punto final será denunciada ante la comunidad
internacional. Si a la sociedad colombiana no se le hace partícipe y
protagonista de este proceso, lo rechazará o simplemente pasará de él. No será
su proceso de paz, reparación y reconciliación; simplemente será una
negociación política más. Y seguiremos heridos, pobres y propensos a más
conflicto, más dolor y más miseria; aunque, como hasta ahora ha ocurrido,
cambiemos de actores del conflicto. Es por eso que vemos necesario un proceso
más amplio, participativo, y que incluya a las demás organizaciones armadas
como el ELN, al lado de las víctimas y de la sociedad civil. De esto se trata
el ESTADO DE GRACIA DE SIETE AÑOS PARA COLOMBIA, expresado en el decálogo de
los Diez Mandamientos de la Ley de Dios.
4
RESUMEN DEL DECÁLOGO DE
PROPUESTAS
1- El pacto con Dios, puerta de entrada al Estado
de Gracia: 1.1- Compatriota colombiano, junto a tu familia, haz pacto con tu Creador.
1.2- Convóquense santas asambleas en las regiones de todo el territorio
nacional durante el 2013. 1.3- Promúl-guese ley del Día Nacional de Oración por
la Paz y Perdón de Colombia………. Pág. 6
2- ¿Por qué Colombia necesita un Estado de Gracia? 2.1- Porque es una medida
excepcional de gracia para este tiempo de conflicto. 2.2- Porque es la mejor justicia transicional
práctica, resolutiva y equitativa. 2.3- Porque ofrece a la Guerrilla y demás
grupos armados una salida digna, y al Gobierno le da un mayor margen de
maniobra. 2.4- Porque es la mejor manera
de recibir la ayuda de lo Alto…………………… Pág. 7
3- El eje político del Estado de Gracia: 3.1- Instálense mesas
multilaterales de diálogo en Colombia, con los representantes de todas y cada
una de las partes del conflicto, con las víctimas, y la sociedad civil. 3.2-
Sométase a plebiscito, referéndum o consulta popular los acuerdos finales de la
negociación de Cuba y Colombia.
3.3- Instálese
un Gobierno de unidad nacional por siete años, donde todas las partes de las
mesas multilaterales regionales tengan sus representantes………………. Pág, 8
4- Tregua y descanso total de la guerra en la
celebración del jubileo:
4.1- Declárese
un cese al fuego de la Guerrilla y una tregua del Ejército. 4.2- De la agenda
de negociación de Cuba, trátense los puntos 3 y 2, antes que nada.
4.3- Ábrase la
puerta para integrar a los ex combatientes guerrilleros y paramilitares en la
Fuerza Pública. 4.4- Declárese un año de jubileo para Colombia…..………… Pág. 9
5- Perdona el pasado, sana el presente, redime el
futuro: 5.1- Evitemos los errores de los procesos anteriores, pero aprendamos de
sus aciertos. 5.2- Dótese de autoridad cuasi-jurídica a una Comisión de Verdad,
Reparación y Reconciliación.
5.3- Como
política de Estado, búsquese la plena reconciliación con la “madre patria” y
con los primeros pobladores; cosa importante para sanar la las raíces
históricas del conflicto y para sanar nuestra tierra y el medio
ambiente……………………….. Pág. 10
6- Estado de Gracia, la mejor justicia transicional
para los delitos de sangre.
6.1- Blíndese
con leyes justas la vida de todo colombiano, desde su concepción original hasta
su muerte natural. 6.2- Perdónese todo delito de sangre, y libérese a todos los
presos que hayan mostrado arrepentimiento. 6.3- Aplíquense leyes más severas a
quienes rechazan o abusan del Estado de Gracia…………………… Pág. 11
7- Una defensa férrea de la célula básica de la
sociedad: La familia. 7.1- Libérese a menores y mujeres combatientes en los grupos armados. 7.2- La familia: prioridad en
las agendas de negociación. 7.3- Créese el “Ministerio de Familia”……….... Pág.
12
8- Cómo redimir la economía del narcotráfico y de
la corrupción, proveyendo una salida digna al delincuente, una reparación justa al
agraviado, y la suficiente inversión en el necesitado. Abogamos por una fórmula
intermedia entre la guerra a sangre y fuego, y seguir siendo el paraíso del
narcotráfico. Nuestra propuesta es un cambio progresivo con pasos valientes que
llevarán a una economía saneada……...... Pág. 13
9- Cómo sacar a la luz la verdad oculta del
conflicto: Concédase el perdón solo a aquellos infractores que confiesen la verdad de
sus hechos de sangre y colaboren con la justicia transicional a favor de las
víctimas………………………………... …… Pág. 14
10- ¿Comunismo, comunidad, o codicia? Modelo económico comunitario de
la Iglesia vs. Sistema comunista impositivo e intervencionista de
Estado............... Pág. 15
5
PRIMER MANDAMIENTO: COLOMBIA, HAZ PACTO CONMIGO Y YO TE CONCEDERÉ UN ESTADO DE GRACIA DE SIETE
AÑOS Y MÁS.
“Yo soy Yahvé tu Dios, quien te saqué de tierra de esclavitud.
Aparte de mí, no tendrás otro dios.”
Lo que aquí proponemos, no es nada
más ni nada menos que Colombia haga un pacto con su Creador. No estamos
pidiendo otra cosa que no sea dar pleno cumplimiento y vigencia a la Constitución Política de 1991, cuyo
preámbulo dice:“El pueblo de Colombia, en
ejercicio de su poder soberano, representado por sus delegatarios a la Asamblea
Nacional Constituyente, invocando la
protección de Dios, y con el fin de fortalecer la unidad de la Nación y
asegurar a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la
igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco jurídico
democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social
justo, y comprometido a impulsar la integración de la comunidad
latinoamericana, decreta, sanciona y promulga la siguiente:”
¿Qué significa invocar en esta
hora la protección de Dios para Colombia? Significa hacer las paces con él a
través de un pacto. ¿Cómo se manifiesta este pacto? De tres maneras: 1- Con el
expreso reconocimiento público por parte de nuestros representantes del Estado
de que necesitamos la intervención de Dios para terminar con el conflicto
armado. 2- Con un arrepentimiento generalizado del pueblo colombiano por haber
quebrantado la Ley de Dios y por no haber obedecido nuestra Constitución. 3-
Adoptando una actitud generalizada de recibir y otorgar el perdón.
PROPUESTAS 1.1- COMPATRIOTA COLOMBIANO, JUNTO A TU
FAMILIA, HAZ PACTO CON TU CREADOR.
La paz de Colombia empieza en cada
corazón y en cada hogar. Si eres parte del problema de Colombia, hoy puedes
empezar a ser parte de la solución. Puedes restablecer la relación con tu
Creador, diciéndole: Señor, me arrepiento por mi pecado y desobediencia a tu
Ley. Gracias por tu perdón en Jesucristo. Hago pacto contigo de que no adoraré
otro dios, sino al Dios vivo y verdadero. Hago pacto y compromiso contigo de
obedecer tu divina Ley y obedecer la Constitución de mi país. Dispongo mi casa,
para que sea un santuario de paz para Colombia.
1.2- CONVÓQUENSE SANTAS ASAMBLEAS EN LAS REGIONES
DE TODO EL TERRITORIO NACIONAL DURANTE EL 2013.
Llamamos al pueblo colombiano y
sus representantes a que convoquen asambleas departamentales, municipales y
comunitarias para invocar el favor del Cielo, y para refrendar y empezar a
implementar el Estado de Gracia de Siete Años en sus territorios. La Iglesia
Cristiana acompañará este proceso haciendo una cadena permanente de ayuno y
oración de 40 días en cada región de Colombia durante el 2013.
1.3- PROMUÉVASE UNA LEY POR LA QUE SE
PROMULGUE EL DÍA NACIONAL DE ORACIÓN POR LA PAZ Y EL PERDÓN DE COLOMBIA.
Pedimos al señor Presidente de la
Nación que, por decreto presidencial o por su mediación ante el Congreso de la
República, promueva dicha ley. Se puede apartar un día para tal propósito
durante la Navidad, la Semana Santa o una fiesta nacional.
La inmensa mayoría del pueblo
colombiano profesa tener fe; bien sea la fe católica, evangélica, judía o de
otro tipo. ¿No es justo darnos la oportunidad de expresar esa fe a favor de
algo tan sagrado como la consecución de la paz, y de hacerlo a través de un día
nacional de arrepentimiento y oración? Esta puede ser la fórmula usada por
nuestros representantes públicos para reconocer que es el Soberano Dueño del
Universo quien tiene la llave de la paz de Colombia en su mano.
6
SEGUNDO MANDAMIENTO: NO SACRIFICARÁS A COLOMBIA EN EL ALTAR DEL PODER O LAS RIQUEZAS, NI DARÁS
CULTO A LA PAZ.
“No te harás ídolo alguno.
No te arrodillarás ante él ni le rendirás culto.”
PROPUESTAS 2.1-
PEDIMOS AL PUEBLO COLOMBIANO QUE ACEPTE UN ESTADO DE GRACIA DE SIETE
AÑOS COMO SALIDA AL ESTADO ACTUAL DE COSAS.
Para desarrollar el concepto de
gracia, primero debemos plantear el problema del perdón. Nuestros
representantes de los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y
Judicial), se rompen la cabeza intentando encontrar soluciones que sean
aceptadas, así por parte de las víctimas, como de los victimarios.
Las
soluciones deben dar respuesta a preguntas difíciles como éstas: ¿Qué salida
legal presentar a los grupos armados irregulares, que les resulte lo
suficientemente digna y atractiva como para renunciar a su lucha armada? ¿Qué
salida ofrecerles a cambio de que abandonen su financiación con el
narcotráfico? ¿Cómo ayudar a los desmovilizados de estos grupos armados a
integrarse en la sociedad civil? ¿Qué participación política pueden tener?
¿Cómo combinar equitativa y efectivamente el hacer justicia a las víctimas y el
absolver a los criminales? ¿De qué manera enfrentar a las instancias
internacionales de justicia, que están atentas para no permitir la impunidad de
los muchos crímenes cometidos contra particulares y contra la humanidad? ¿Cómo
agradar a los muchos colombianos que quieren la paz, aunque sea a costa de un
simple, rápido y superficial perdón?
Ciertamente,
cuestiones como estas no tienen fácil respuesta. Sin embargo, creemos que el
Estado de Gracia aborda estas cuestiones de manera más global y efectiva que
como hasta ahora se está haciendo.
¿Por
qué necesitamos una solución más amplia y efectiva, como el Estado de Gracia?
Enumeramos solo algunas de las
muchas razones que existen: 1- El EG7 es una medida excepcional de gracia para
este tiempo de conflicto. 2- Al tiempo que respeta el espíritu de la
Constitución, va más allá y propone una justicia transicional práctica, resolutiva
y equitativa. 3- Es un marco jurídico y social amplio en su aplicación; incluye
a todos los actores del conflicto y a todas las partes afectadas. A la
Guerrilla y demás grupos armados les ofrece una salida digna, y al Gobierno le
da un mayor margen de maniobra para no verse chantajeado por las muchas
cesiones a cambio de la paz. 4- Con el Estado de Gracia, las partes en
conflicto tienen que renunciar a parte del control, el poder y las riquezas,
para que todo el país termine ganando. En este nuevo orden de valores que nos
proponemos con el Estado de Gracia de Siete Años, vamos a luchar contra esa
lacra que ha sumido al país en la más absoluta de las miserias: la avaricia
desmedida y la conquista del poder a costa de lo que sea. 5- El Estado de Gracia invita a los que intentaron conseguir la paz
anteriormente, y a quienes lo intentan ahora, a cruzar el Jordán e ir más
adelante hasta recibir la tierra prometida completa: una Colombia en paz; pero
sanada, reconciliada, renovada, transformada, reformada desde sus raíces.
2.2- LLÁMESE A COLOMBIA A POSTRARSE DE RODILLAS
ANTE EL ÚNICO QUE ES DIGNO SE SU PLEITESÍA Y QUE PUEDE AYUDARNOS.
El llamado del Estado de Gracia es
este: Si nos arrodillamos ante el único Dios verdadero que merece nuestro
reconocimiento y adoración, no tendremos que postrarnos ante ningún tirano
humano; de derechas ni de izquierdas. Nuestro lema es: “La nueva historia de
Colombia se escribirá de rodillas”. La Iglesia Cristiana de Colombia está
orando en cadena día y noche para que en Colombia termine la confrontación
armada. Invitamos a todo el país a que se una a este propósito.
7
TERCER MANDAMIENTO: NO LE NEGARÁS AL NOMBRE DE DIOS EL LUGAR QUE LE CORRESPONDE. NO HABLARÁS
EN NOMBRE DEL PUEBLO COLOMBIANO, CUANDO NO LO RESPETAS NI LO REPRESENTAS.
“No usarás mi nombre para propósitos malvados.
El Señor no dejará sin castigo al que use su nombre sin el respeto que
merece.”
Decimos hablar en nombre de “el
pueblo”, o luchar por él; cuando lo que hacemos es manipularlo, usarlo para
nuestros propósitos políticos y económicos, y al final maltratarlo y desecharlo.
PROPUESTAS 3.1- INSTÁLENSE MESAS MULTILATERALES DE
DIÁLOGO EN COLOMBIA, con los representantes de todas y cada una de las partes
del conflicto: Gobierno/Fuerzas Armadas/instituciones del Estado,
Autodefensas/bancrim, Farc/Eln/Guerrilla, víctimas y fuerzas vivas de la
sociedad civil, con la intención de buscar la adhesión de todos al Estado de
Gracia de Siete Años.
Establecer mesas multilaterales
de diálogo en las regiones y municipios de Colombia, sacará la negociación del
confinamiento de la mesa bilateral entre Gobierno y Guerrilla en Cuba; la
traerá a Colombia, y la abrirá al consenso popular. Promover estas mesas, foros
o encuentros de diálogo en Colombia es promover la participación ciudadana y
hacer posible el poder sacar al debate público los grandes problemas que
afectan más directamente al pueblo. Estas Mesas pueden ser dirigidas por
órganos como el Consejo Nacional de Paz, la Comisión Nacional de Reparación y
Reconciliación, o el Ministro Consejero para la movilización y el diálogo
social. También por instituciones como la Iglesia, pero sobre todo por la
sociedad civil y el pueblo llano.
La Iglesia Cristiana, como
institución que mantiene un contacto personal, directo y desinteresado con los
ciudadanos de toda clase social, llevará adelante un proceso de movilización
del pueblo a favor del Estado de Gracia. Esto lo haremos a través de la
convocatoria de las Santas Asambleas a nivel local, regional y nacional.
Llamamos a las asociaciones y organizaciones locales, departamentales y
nacionales a que se unan a nuestras convocatorias o que nos permitan unirnos a
las suyas. Este es un lugar donde libremente podremos expresar nuestro parecer,
sin temor a los señalamientos o las represalias. En sí mismo, este será un
proceso de confesión, perdón y reconciliación. Por tanto, estas Mesas son
convocatorias abiertas a la participación de todos los actores del conflicto, a
sus víctimas y a la sociedad civil.
3.2- SOMÉTASE A PLEBISCITO, REFERÉNDUM O CONSULTA
POPULAR LOS ACUERDOS FINALES DE LA NEGOCIACIÓN.
Los foros referidos en el punto
anterior tendrán un carácter consultivo, y se tomarán acuerdos. Hacemos un
llamamiento al Gobierno y a los señores de la mesa de negociación en Cuba, para
que escuchen la voz del pueblo en Colombia a través de estas mesas
multilaterales, y que acojan sus propuestas como parte de los acuerdos a los
que ustedes están llegando. Estos acuerdos deberán ser sometidos a consulta
popular a todo el pueblo colombiano, para su ratificación o desaprobación.
3.3- INSTÁLESE UN GOBIERNO DE UNIDAD NACIONAL por
siete años, que esté encabezado por el presidente de la República, y donde
todas las partes de las mesas multilaterales de diálogos trabajen juntas,
rindiendo cuentas unas a otras.
Este es un grupo de trabajo y de
gobierno para salir de la crisis del conflicto. Y su tiempo definido es por
siete años. Es aquí donde habrá una mutua rendición de cuentas. Este es un
Gobierno del pueblo, con el pueblo, y para el pueblo.
8
CUARTO MANDAMIENTO: DE OBLIGADO CUMPLIMIENTO: TREGUA Y DESCANSO TOTAL DE LA GUERRA EN LA
CELEBRACIÓN DEL JUBILEO
“Apartarás el sábado como un día de descanso,
un día dedicado a mí.”
PROPUESTAS 4.1- DECLÁRESE UN CESE AL FUEGO DE LA
GUERRILLA Y UNA TREGUA DEL EJÉRCITO:
A
los países garantes y acompañantes les pedimos que insten a las partes
negociadoras a que busquen como primera cosa el cese del fuego. A las FARC y al ELN les pedimos que hagan una de estas tres cosas, o
las tres juntas: 1- Que de manera unilateral declaren cada uno un cese
definitivo al fuego, o un cese temporal mientras duren los diálogos. 2- Que
concedan al pueblo colombiano un cese al fuego en periodos señalados, como la
Navidad, el Año Nuevo, o la Semana Santa. 3- Que el orden de negociación de los
puntos de la agenda acordada, sea empezar por el punto tres: El fin del conflicto armado, lo que significa
la dejación de las armas y la reintegración de los combatientes de la
Guerrilla a la vida civil, junto con todas las medidas del Gobierno para dar
garantías al proceso de terminación del conflicto. Y continuar con el punto
dos: Las garantías para el ejercicio de la oposición política de la Guerrilla,
y de la participación ciudadana.
De la misma forma, el Ejército
podría cesar sus operaciones militares directas sobre objetivos guerrilleros; a
no ser para repeler cualquier enviste de parte de la Guerrilla, o para cumplir
con su labor de protección de la sociedad civil y de la infraestructura
estatal, o para perseguir al crimen o al narcotráfico.
4.2- ÁBRASE LA PUERTA PARA INTEGRAR A LOS EX
COMBATIENTES GUERRILLEROS Y PARAMILITARES EN LA FUERZA PÚBLICA.
Ellos han de ser nuestros mejores
aliados para la identificación de las fosas comunes, la limpieza de los campos
minados y la erradicación de cultivos ilícitos. Pero disfrutarán de todos los
derechos y privilegios de cualquier soldado o policía de la patria; sin condicionamientos, sin cuotas, y sin crear
nuevos cuerpos de Fuerza Pública. Durante los siete años del Estado de
Gracia, estos excombatientes siempre han de estar bajo el mando directo de un
superior que no haya sido guerrillero o paramilitar. De la misma forma, y para ser totalmente equitativos, pedimos que los
militares condenados por delitos relacionados con el conflicto armado sean
excarcelados y restaurados a sus puestos que anteriormente ostentaban.
4.3- DECLÁRESE OFICIALMENTE UN AÑO DE JUBILEO PARA
COLOMBIA.
Como
al pueblo de Israel; Dios llama a Colombia a que descanse de sus cincuenta años
de guerra fratricida, y declare el jubileo del perdón de todas las deudas, la
liberación de sus esclavos y la vuelta de los dueños a la propiedad de sus
tierras.
Si hacemos estas cosas, si
obedecemos a Dios, él nos librará de terribles enemigos, como la guerra, el
narcotráfico o la corrupción política y moral. Sobre todo seremos librados de
su ira santa y de su justo juicio sobre nuestra nación. Jubileo es descansar de
nuestra lucha y trabajo, y acogemos a la gracia y el poder sanador del perdón.
Será darnos la oportunidad de volver a empezar. Esta declaración de jubileo
para Colombia puede ser hecha a principios del periodo de siete años de gracia,
o en un punto intermedio importante, como la instalación del Gobierno de Unidad
Nacional. O, bien al final del periodo de siete años, como la puerta abierta a
una nueva etapa para Colombia.
Al
mismo tiempo, esto significará redoblar nuestros esfuerzos diplomáticos ante
las instancias internacionales de justicia, como puede ser la Corte Penal
Internacional, para pedirles que respeten nuestro proceso de luto, perdón y
reconciliación, como los colombianos hemos decidido dárnoslo en un Estado de
Gracia de Siete Años.
9
QUINTO MANDAMIENTO:
PERDONA EL PASADO, SANA EL
PRESENTE, REDIME EL FUTURO.
“Honra a tu padre y a tu madre, obedécelos y cuida de ellos.
Si lo haces, vivirás largos y felices días en la tierra prometida.”
PROPUESTAS: 5.1- EVITEMOS LOS ERRORES DE PROCESOS
ANTERIORES, PERO APRENDAMOS DE SUS ACIERTOS:
Si colocamos los cinco temas de la
agenda de negociaciones de Cuba al lado de los doce puntos de la agenda del
Caguán, notaremos tanto diferencias como coincidencias. Nuestro Gobierno no
puede desechar todo lo hecho y aprendido en procesos anteriores, como el del
Caguán, solo por evitar caer en sus errores. No debemos movernos por la ley del péndulo. Hay aciertos del
Caguán que en el proceso actual se detectan como falencias. Por limitar
demasiado los tiempos, espacios de participación ciudadana y los temas a
tratar, el proceso de La Habana se ha convertido en una isla alejada del
conocimiento y del sentir de los colombianos. El Gobierno y la Guerrilla se
quedarán solos con sus negociaciones y acuerdos, si no abren las puertas del
diálogo al pueblo llano en Colombia. Así mismo, la Guerrilla no puede pretender
que cada negociación se convierta en una nueva Constituyente y refundación del
país. Las FARC y el ELN no pueden ignorar procesos como los del M-19, que
terminaron en la Constitución política del ’91. Debemos aprender de procesos
como éstos, recibirlos como una buena herencia y construir sobre ellos.
5.2- DÓTESE DE CAPACIDAD Y AUTORIDAD CUASI-JURÍDICA A UNA COMISIÓN DE VERDAD, REPARACIÓN Y RECONCILIACIÓN:
Como parte de este proceso de
aprendizaje del pasado, les pedimos que estudien con atención el proceso
nacional de verdad y reconciliación en Sudáfrica. Aunque lejos de ser perfecto;
sigue siendo el mejor modelo que tenemos de lo que deberíamos hacer para
conocer la verdad, motivar al arrepentimiento, otorgar perdón, enfrentar a
víctimas y victimarios cara a cara, y hacer de todo ello un proceso público,
para que toda la nación participe de la sanación y reconciliación. Pedimos que
se redefina y/o se reavive una comisión de este tipo en Colombia.
Don Eduardo Pizarro Leongómez,
primer presidente de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación
(CNRR), creada por el entonces presidente Álvaro Uribe, hizo en su día un
llamado a “crear un grupo de trabajo de
alto nivel para preparar a Colombia en las tareas del postconflicto.” ¿Cuáles serían sus tareas? 1- El desarme y la destrucción de las armas pequeñas y ligeras en
manos de grupos armados y de la población civil. 2- El retorno en condiciones seguras y sostenibles de la población
desplazada. 3- La restitución de los bienes despojados o abandonados en las
zonas rurales y urbanas, con objeto de evitar nuevos ciclos de violencia una
vez la población desplazada decida retornar y encuentre ocupados sus bienes. 4-
La reconstrucción de la infraestructura destruida (puentes, carreteras,
oleoductos, etc.), lo cual constituye una condición necesaria para el despegue
económico de las regiones devastadas por la guerra. 5- La reintegración de los
excombatientes a la vida civil. 6- La localización y destrucción de las minas
antipersonales, lo cual constituye un requisito básico para el retorno seguro
de la población desplazada y para garantizar la producción agropecuaria. 7-
Crear modelos de reconciliación entre poblaciones victimizadas y desmovilizados
residentes en estas áreas. 8- La atención y reparación adecuadas de las
víctimas del conflicto.
5.3- COMO ASUNTO DE ESTADO, BÚSQUESE LA PLENA
RECONCILIACIÓN CON LA “MADRE PATRIA” Y CON EL PUEBLO BÍBLICO DE ISRAEL:
Pedimos que nuestros
representantes públicos guíen al pueblo en una etapa nueva de reconciliación y
perdón con España por los daños de la Conquista. También pedimos un trato
honroso para el pueblo de Israel; para que así seamos bendecidos.
10
SEXTO MANDAMIENTO: NO MATARÁS A NINGÚN COLOMBIANO, DE MANERA ILEGÍTIMA, NI LEGÍTIMA. DARÁS
EL MISMO TRATO PENAL A TODOS LOS COLOMBIANOS CON DELITOS DE SANGRE.
“No matarás.”
PROPUESTAS: 6.1- BLÍNDESE CON LEYES JUSTAS LA VIDA
DE TODO COLOMBIANO, DESDE SU CONCEPCIÓN ORIGINAL HASTA SU MUERTE NATURAL.
Aproximadamente 30 mil personas
mueren de forma violenta en Colombia, a lo largo de un año, siendo nuestro
país, hasta hace poco, el más violento del mundo, y todavía uno de los peores.
Son “solo” 30 mil muertes al año; pero son casi medio millón los abortos
practicados anualmente en nuestro suelo patrio. Este derramamiento de sangre
inocente clama por venganza, y hace que nuestra tierra sea maldita. ¡Cómo no
hemos de tener guerra! ¡Cómo no hemos de cosechar violencia!
El máximo bien al que podemos
aspirar las personas de bien para Colombia, más allá del fin de la
confrontación armada, es la vida misma de los colombianos, de todos por igual.
Y por esto lucharemos los cristianos. El lugar más peligroso en estos momentos
en Colombia, no es el campo de batalla; es el vientre de las madres
colombianas. Como Iglesia Cristiana, vamos a luchar por la vida de todos los
colombianos. Exigimos a nuestros representantes públicos que respeten la vida
del no nacido, que defiendan la familia, la fe y la moral en toda ley que
aprueben. Demandamos para nuestro país una sociedad ética y moralmente decente.
Un lugar donde también quepan los colombianos no nacidos.
6.2- PERDÓNESE TODO DELITO DE SANGRE, Y LIBÉRESE A
TODOS LOS PRESOS QUE HAYAN MOSTRADO ARREPENTIMIENTO.
Conmútense las penas de aquellos
condenados que han dado frutos de arrepentimiento y de cambio de conducta, por
programas de rehabilitación y reinserción, y por servicios a la comunidad. Si
no tenemos este trato con ellos, no podremos pedirlo para guerrilleros,
paramilitares, y demás integrantes de bandas criminales, además de para los
militares con delitos de sangre. Pero, así como pedimos el arrepentimiento
sincero de aquellos para alcanzar la libertad, exigimos lo mismo de estos para
que no la pierdan.
El Estado de Gracia de Siete Años
es la mejor justicia transicional para los delitos de sangre. Pedimos la
liberación general de los presos que hayan dado muestras de arrepentimiento y
de cambio de conducta.
Siempre es mejor un colombiano
rehabilitado y útil a su sociedad, que uno que se pudre en la cárcel. El Estado
de Gracia que aquí proponemos es de forma muy real la mejor y más amplia
“justicia transicional”. El Estado de Gracia es una ley de leyes llevada hasta
sus últimas consecuencias. Todo esto es, en un sentido muy real, Amor y Verdad
dándose cita, Justicia y Paz besándose, como lo expresa el Salmo 85.
6.3- APLÍQUENSE LEYES MÁS SEVERAS A QUIENES
RECHAZAN O ABUSAN DEL ESTADO DE GRACIA.
Quienes no quieren arrepentirse y no
dan muestras de cambio ni procuran restituir, y no están dispuestos a someterse
a un proceso como el que les demanda la Comisión de Verdad, Reparación y
Reconciliación, se exponen a que recaiga sobre ellos la ley con todo su peso.
Más aun, pedimos leyes más severas para delitos como el narcotráfico, el
terrorismo, o la corrupción, incluyendo los delitos conexos a estos. Incluso se
puede pensar en la cadena perpetua y los trabajos obligatorios para este tipo
de delitos.
11
SÉPTIMO MANDAMIENTO: NO DESTRUYAS TU MATRIMONIO, O DESTRUIRÁS TU FAMILIA. NO DESTRUYAS LA FAMILIA, O DESTRUIRÁS TU PAÍS.
“No cometerás adulterio,
ni ningún otro atentado contra el pacto sagrado del matrimonio.”
La infidelidad en el seno de la
familia constituye un verdadero atentado contra la misma. Y atentar contra la
familia es hacerlo contra el corazón mismo del país. La legislación colombiana
no contempla el adulterio como delito punible; ni tan siquiera lo considera
delito. Pero la Ley de Dios lo considera uno de los delitos más graves. El
adulterio natural, como el espiritual, que es la idolatría, es un pecado penado
con la misma muerte, según el Antiguo Pacto.
Llamamos a todos nuestros
compatriotas a respetar el pacto que han hecho en el santo matrimonio, como un
pacto que solo la muerte puede romper. Si no respetamos este pacto, no
esperemos que ningún otro pacto o acuerdo sea respetado.
PROPUESTAS: 7.1- LIBÉRESE A TODOS LOS MENORES Y MUJERES COMBATIENTES EN LOS GRUPOS ARMADOS.
Como gesto de buena voluntad a favor
de la paz y de las familias colombianas, pedimos a las FARC, ELN, y demás
grupos armados que entreguen con inmediatez y sin condiciones, a los menores
que militan en sus filas, y que se le libere a las mujeres de todo accionar en
la Guerrilla que no hagan por voluntad propia.
7.2- EN TODOS LOS TEMAS DE LA AGENDA DE
NEGOCIACIÓN, PRIORITÍCESE LA PROTECCIÓN DE LA INSTITUCIÓN MÁS IMPORTANTE DE
COLOMBIA: LA FAMILIA.
A la mesa negociadora le pedimos
que en todos los temas de la agenda, tengan como prioridad a la más importante
institución de la nación: la familia. A los poderes Ejecutivo, Legislativo y
Judicial, les pedimos que con uñas y dientes defiendan a la familia colombiana.
Siendo sabedores de que si perdemos la batalla en ese frente, habremos perdido
la guerra por la Colombia que todos soñamos. Señores negociadores, siempre que
hablen del narcotráfico, las muchas masacres, los millones de desplazados, los
centenares de secuestrados, los sesenta mil desaparecidos, por favor, recuerden
en reparar, restaurar y proteger a la familia.
7.3- CRÉESE EL “MINISTERIO DE FAMILIA”, con el objeto de promover
políticas públicas de defensa, ayuda y financiación para las familias
colombianas. Políticas que favorezcan y rescaten de la miseria a la mujer
campesina, afro descendiente, indígena, desplazada, madre soltera o cabeza de
hogar. No deberíamos dormir tranquilos mientras veamos un solo niño en la
calle. No podemos aceptar que tengamos ministerios de deporte, cultura,
vivienda, economía, pero no tengamos un ministerio o un organismo estatal que
vele por la integridad de la familia, de las madres cabeza de hogar, de los
niños de la calle.
La defensa y protección de la célula
básica de la sociedad colombiana, es una de las principales reivindicaciones
del Estado de Gracia. En todo cuanto el Estado emprenda, debe tener el valor de
la familia como uno de sus activos más importantes a proteger. Una manera de
poner la familia en valor es darle a la defensa de la misma el rango de
ministerio por parte del Gobierno. Si estos procesos de diálogo concluyen con
algún tipo de Constituyente, pedimos que la familia figure como una institución
no negociable.
12
OCTAVO MANDAMIENTO: NO FINANCIARÁS TUS PROYECTOS CON MEDIOS ILÍCITOS, NI TE LUCRARÁS CON LA
SANGRE Y EL DOLOR DE TU PRÓJIMO.
“No robarás”
PROPUESTAS: 8.1- DESTÁPESE LA ECONOMÍA ILÍCITA, CORRUPTA
Y SUMERGIDA. FÚNDANSE EN UNA SOLA LAS VARIAS ECONOMÍAS DE COLOMBIA.
REDÍMASE TODA LA ECONOMÍA, PROVEYENDO
UNA SALIDA DIGNA AL DELINCUENTE, UNA REPARACIÓN JUSTA AL AGRAVIADO, Y LA
SUFICIENTE INVERSIÓN EN EL NECESITADO.
"Esa
es la raíz del conflicto. Mientras persista el negocio del narcotráfico, la paz
como la imaginamos no será posible.”, declaró en los inicios de los
diálogos de Cuba, el ex presidente César Gaviria. El EG7 propone algo
conceptualmente radical pero progresivo en su aplicación.
Para
que, una vez termine el Estado de Gracia, tengamos una sola y saneada economía,
proponemos un proceso como este:
1- Voluntariamente, los individuos y
organizaciones que manejan economía ilícita o sumergida, renunciarán a ella.
Pero si no lo hacen, el Estado colombiano se compromete a no expropiársela a la
fuerza mientras esté en vigor el Estado de Gracia de Siete Años. 2- A quienes
no hayan entregado voluntariamente su economía ilícita, se les exigirá lo
siguiente: Año por año, durante el tiempo del Estado de Gracia, harán una
declaración de todo lo que poseen ante la autoridad colombiana competente.
También se comprometen a entregar el 10% de lo declarado cada año, con destino
a un Fondo de Reparación de las Víctimas y del Estado, para concesión de créditos
a micro empresas familiares, cooperativas campesinas, preparación y producción
de los campos, y otros similares. Todo esto, sin dejar de pagar los impuestos
debidos, como cualquier economía legal. Aunque el origen de su economía haya
sido ilícito, se comprometen a no usarla para fines ilícitos. 3- La rendición
de cuentas se someterá a la veeduría de entidades internacionales competentes
en la materia, a quienes el Estado colombiano se lo pida. 4- Quedan excluidas
de la acepción de sanear la economía ilícita por la fórmula voluntaria, las
tierras despojadas. Obligatoriamente las tierras deberán ser devueltas a sus
dueños originales.
El
Estado colombiano se compromete a: 1- Entregar el 10% recaudado anualmente
de las economías ilícitas y sumergidas al Fondo de Reparación. 2- Reducir
anualmente durante los siete años de gracia, el 10% de su presupuesto militar,
para dedicarlo a la erradicación de la pobreza en las capas más desfavorecidas
de la ciudad y del campo. 3- Ir reduciendo durante cada uno de los siete años
el 10% de sus tropas, o a usarlas junto a los soldados desmovilizados de la
Guerrilla, para reparar la infraestructura dañada, limpiar los campos sembrados
de minas anti-persona, erradicar cultivos ilícitos, y en general ayudar a
preparar los campos para el regreso de los desplazados. 4- Dedicar el 0,7% del
Fondo de Reparación para causas benéficas; por ejemplo, la rehabilitación de
toxicómanos, en países que han sido especialmente castigados por el
narcotráfico colombiano. 5- Acelerar los procesos judiciales y administrativos
para devolver las tierras despojadas a sus dueños originales. Lo mismo hará
para ceder los bienes incautados de narcotraficantes a causas benéficas, o como
reparación a las víctimas del conflicto.
Al término de los siete años de
gracia, los grupos armados irregulares habrán entregado todo su potencial
militar, habrán declarado cuáles son las rutas del narcotráfico conocidas por
ellos, habrán acabado con todas sus cuentas en el exterior, y habrán devuelto
las propiedades adquiridas ilícitamente, lo mismo que el dinero efectivo que
actúe en su poder.
13
NOVENO MANDAMIENTO: NO ENCUBRIRÁS TUS DELITOS DE SANGRE, PARA NO EXPONERTE AL JUICIO DIVINO,
AL PESO DE LA LEY, A LA IRA DE TU VÍCTIMA Y A QUE LA TIERRA TE VOMITE DE SU
BOCA.
“No darás testimonio falso contra tu prójimo.”
PROPUESTAS: 9.1- CONCÉDASE EL PERDÓN SOLO A
AQUELLOS QUE CONFIESEN LA VERDAD DE SUS HECHOS DE SANGRE Y COLABOREN CON LA
JUSTICIA TRANSICIONAL A FAVOR DE LAS VÍCTIMAS.
En octubre de 2012, se publicó
una encuesta que revelaba que el 70% de los colombianos considera que los
crímenes de las FARC son de igual gravedad que los crímenes de los
paramilitares, y piensan que ambos grupos deben recibir el mismo tratamiento.
Voluntariamente,
los comandantes y ex combatientes de los grupos armados irregulares deberían, a
título personal, disponerse a pedir el derecho concedido por el Estado de
Gracia, de aparecer ante la Comisión de Verdad, Reparación y Reconciliación
para dar cuenta de sus delitos de sangre y para ayudar a esclarecer la verdad.
Si
esto no se da de forma voluntaria, dicha Comisión puede exigir la comparecencia
obligada de cualquier comandante, representante de organización armada o ex
combatiente, a través de una orden judicial. Sea de manera voluntaria u obligada, tanto ellos
como cualquier otro colombiano está obligado a responder ante la Comisión, ante
sus víctimas o ante el país, según se le requiera. Si el victimario confiesa la verdad y pide perdón a sus víctimas,
será liberado de tener que cumplir condena; si no lo hace, se enfrentará a la
justicia ordinaria.
La
Comisión demandará de las organizaciones armadas irregulares que quieran
beneficiarse de la gracia del Estado de Siete Años, que presenten listas
completas de las personas desaparecidas bajo su poder, que indiquen el lugar de
fosas comunes y de minas anti-personales, y que aporten datos sobre personas
todavía secuestradas. En fin, toda información que ayude a esclarecer la
verdad, a sanar la herida de las víctimas y las heridas de la nación. La verdad
no puede quedar oculta; tiene que salir a la luz.
La
intención de este proceso es que el victimario arrepentido alcance el máximo
perdón por su delito, y que la víctima sea resarcida al máximo en su pérdida y
dolor. Ningún otro proceso asegura mínimamente esto, como el que ocurre a
través de la Comisión de Verdad, Reparación y Reconciliación.
9.2- PROPONEMOS QUE CADA IGLESIA SEA UN SANTUARIO
DE PAZ:
Se decía de San Vicente del Caguán
que era un laboratorio de paz. Tristemente, aquel intento fracasó. En el
sentido más real, nuestras congregaciones cristianas han sido un laboratorio
donde sí hemos alcanzado la paz y la reconciliación. Nuestras comunidades
evangélicas viven diariamente el milagro de la restauración de vidas
desechadas, y de reconciliación entre enemigos irreconciliables.
Ésta no es solo una propuesta, es
también un llamado a cada iglesia cristiana, a cada parroquia católica y a cada
sinagoga a convertirse en territorio sagrado de paz y reconciliación en cada
lugar donde se encuentran.
14
DÉCIMO MANDAMIENTO: RESPETARÁS LA PROPIEDAD PRIVADA. GANARÁS EL PAN CON EL SUDOR DE TU
FRENTE, EN VEZ DE HACERLO CON LA SANGRE DE TU HERMANO.
“No codicies la casa de tu prójimo, no codicies su esposa,
ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni nada que pertenezca a tu
prójimo.”
10.1- RECHÁCESE TODA POLÍTICA DE IMPOSICIÓN DE LA
SOCIALIZACIÓN DE LAS RIQUEZAS AJENAS. PROMUÉVASE TODA POLÍTICA QUE RESPETE E
INCENTIVE EL SENTIDO DE EMPRESA DE LOS COLOMBIANOS.
Uno de los primeros temas de la
agenda de negociación a tratar es el desarrollo rural integral, con los
subtemas siguientes: acceso y uso de la tierra, tierras improductivas,
formalización de la propiedad, frontera agrícola y protección de zonas de reserva,
programas de desarrollo con enfoque territorial, infraestructura y adecuación
de tierras, desarrollo social: salud, educación, vivienda, erradicación de la
pobreza, estímulo a la producción agropecuaria y a la economía solidaria y
cooperativa, asistencia técnica, subsidios, crédito, generación de ingresos,
mercadeo, formalización laboral y sistema de seguridad alimentaria.
En toda esta discusión, podemos
optar entre el comunismo, la comunidad, o la codicia. De la misma forma que
llamamos al Gobierno a no exigir la entrega incondicional de las armas o las
ganancias ilícitas de las Guerrillas, llamamos a la Guerrilla a que renuncie a
imponer sobre el pueblo colombiano un sistema político y económico que ha
demostrado su total fracaso allá donde ha sido impuesto. Pedimos para un pueblo
emprendedor, como el colombiano, un modelo económico que respete la iniciativa
personal y colectiva, la libre empresa y el libre comercio. No defendemos un
sistema capitalista voraz, especulador, acaparador, o explotador de las clases
más desfavorecidas, pero tampoco un sistema comunista ateo, rígido e impuesto
por la fuerza de las armas, que anula las libertades individuales e impide la
libre empresa y el libre mercado. No podemos permitir un sistema que despropia
y despoja la riqueza ajena, para enriquecer a unos pocos “salvadores de la
patria”, y para financiar un sistema económico y social opresor. Todo sistema
impuesto, sea comunista o capitalista, es un sistema opresor del pueblo que no
debemos permitir.
10.2- CONSIDÉRESE EL MODELO ECONÓMICO COMUNITARIO
DE LA IGLESIA PRIMITIVA:
“El médico amado” y autor del libro
de los Hechos de los apóstoles,
Lucas, escribía de la Iglesia del primer siglo: “Todos los creyentes estaban de acuerdo y tenían todo en común; vendían
sus propiedades y sus bienes y lo repartían entre todos, según la necesidad de
cada uno.”
El evangelio es una de las causas
del aumento de la clase media en Colombia. Algunos ven el modelo del libro de los Hechos de los apóstoles
como una forma de Comunismo. Aparentemente los dos se parecen. La gran
diferencia entre la vida comunitaria de la primera Iglesia y el sistema
comunista/socialista, es que el cristianismo es voluntario, mientras que el
comunismo es impuesto y obligatorio.
El cristianismo no pretende cambiar
la estructura social injusta sin antes cambiar la injusticia en el ser humano.
Esto, sin importar si se es rico o pobre. La riqueza y la pobreza no son en sí
mismas el problema o el pecado del hombre. El pecado es su maldad. Y esto no es
primeramente un problema social; el individuo no puede culpar a otros por su
miseria personal, porque el pecado está dentro de él.
Si intentamos imitar el modelo de la
Iglesia primitiva, habrá más que suficiente para todos los colombianos; habrá
para comer y para sembrar; habrá para almacenar y para repartir. Si empezamos
por las bases, y la microeconomía está saneada, no tendremos que someternos al
especulador y opresor. Y de esta manera, el sistema macroeconómico se verá
obligado a cambiar.
15
Anexo 1 al EG7:
Por la defensa de los derechos básicos de nuestras comunidades indígenas
cristianas evangélicas en todo el territorio nacional.
Un llamado al Gobierno Nacional y demás
instituciones del Estado, a los negociadores de la paz y a las organizaciones
indígenas locales, regionales y nacionales…
Exigimos que los acuerdos de paz y
su implementación en el post conflicto, comprometan al Estado, los actores del
conflicto armado y a las organizaciones indígenas a cumplir y a hacer cumplir
el artículo 19 de la Constitución de 1.991, el cual asevera que “Toda persona (colombiana) tiene derecho a
profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual y colectiva,
(reconociendo que) todas las confesiones religiosas son (iguales en deberes y
derechos) ante la ley”.
Es deber del Estado velar para que se cumplan de manera efectiva las leyes
y normativas dictadas con este propósito. De manera particular, demandamos que
a las comunidades indígenas cristianas se les reconozcan estos derechos en todo
el territorio nacional, y que no se les niegue su plena participación e
integración en las organizaciones indígenas que las representan frente al
Estado, por el solo hecho de profesar su fe evangélica.
Exigimos que, en sus territorios
y entre sus organizaciones, se respeten los derechos básicos de los indígenas
cristianos evangélicos en lo concerniente a: La libre práctica y difusión de su
fe, el derecho a dar a sus hijos una educación que respete tal libertad, el
acceso en condiciones de igualdad a un sistema que asegure la salud de sus
familias y a una vivienda digna, lo mismo que a la igualdad de oportunidad en
el reparto de las tierras y de los beneficios venidos del Estado. Exigimos que
se les garantice el derecho a la plena participación en las organizaciones
indígenas locales, departamentales y nacionales, y el derecho a ocupar cargos
de representación pública y política en dichas organizaciones.
Recogemos el compromiso hecho por el Sr. Viceministro para la Participación
e Igualdad de Derechos del Ministerio del Interior, Don Aníbal Fernández de
Soto Camacho, a principio del 2014 y en pleno proceso de paz: “Debemos fortalecer los espacios de diálogo
y de participación con todas las comunidades, para lograr ahondar en la
materialización del derecho a la libertad religiosa en todos los niveles
territoriales, especialmente en el local, porque es aquí donde todo esto se
hace realidad en la vida cotidiana de los colombianos”.
Es con tal propósito que CEDECOL, la
Confederación Evangélica de Colombia, dirige este llamado a nuestros
representantes públicos y demás partes implicadas. Aunque representando al
ochenta por ciento de las iglesias y organizaciones evangélicas del país, no
podemos declarar nuestra adherencia a ninguna organización indígena cristiana
establecida. Pero sí que podemos declarar nuestra intención de trabajar al lado de nuestros representantes públicos y de todo aquel que vela por el bienestar de todos nuestros indígenas, de sus familias y comunidades; sin exclusión de ninguno de ellos por razones de raza o religión.
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