TANTO AMÓ DIOS AL MUNDO – Juan 3:16

 


TANTO AMÓ DIOS AL MUNDO – Juan 3:16

Y, por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará – Mateo 24

Fase 1: ¿Cómo discernir acertadamente lo que pasa en nuestro mundo? - Perspectiva de los tres planos

Según tu perspectiva, así vivirás y actuarás. ¿Te preocupa lo que pasa en tu mundo, y que directamente afecta tu salud, a tus hijos, tu economía? Creemos que para interpretar correctamente lo que pasa en nuestro mundo y saber cómo orar y cómo enfrentar la crisis que nos ha sobrevenido, es necesario tener en cuenta tres planos o niveles, distintos pero interrelacionados. 1- El plano humano o terrenal. 2- El plano demoníaco o espiritual. 3- El plano divino o celestial. (Lee y comparte el PDF).


TANTO AMÓ DIOS AL MUNDO – Juan 3:16

Y, por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará – Mateo 24

 

Fase 1: ¿Cómo discernir acertadamente lo que pasa en nuestro mundo?

Perspectiva de los tres planos

 

Según tu perspectiva, así vivirás y actuarás. ¿Te preocupa lo que pasa en tu mundo, y que directamente afecta tu salud, a tus hijos, tu economía? ¿Te paraliza el temor o vives sumido en la indiferencia? ¿Te dejas arrastrar por la corriente de este mundo y sus muchas preocupaciones por atender a tus necesidades materiales más inmediatas? ¿En qué fundamentas tu percepción y perspectiva de lo que está pasando? ¿Te crees todo lo que dicen los medios de comunicación y las redes sociales, dominados por el presente sistema? ¿Dedicas algo de tu tiempo para informarte por medios alternativos? ¿Lo disciernes todo en oración? ¿Te vacunas igual que la mayoría, porque así te lo impone este sistema, por convicción personal, por ignorancia, por temor, o por no querer enfrentar las consecuencias de tu resistencia? ¿Has entregado a tus hijos en manos de un sistema que los está corrompiendo moralmente y está destruyendo su mente y llevando su alma a la perdición eterna? ¿Has abdicado de tu responsabilidad de padre, de pastor, de profesor, por necesidad material, o por comodidad? ¿Tienes alguna alternativa a la crisis económica global que artificialmente nos están imponiendo? ¿Te crees sin más el relato del cambio climático? ¿Crees que esto no va contigo y que para nada afectará tu bolsillo o tu salud? ¿Vas a permitir que, por haberse multiplicado la maldad en el mundo, y porque el amor de muchos se enfriará, también se enfríe tu amor? Nuestra oración es que esta reflexión te vuelva a tu primer amor, que ames lo que Dios ama. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16).

 

Perspectiva de los tres planos…

Creemos que para interpretar correctamente lo que pasa en nuestro mundo y saber cómo orar y cómo enfrentar la crisis que nos ha sobrevenido, es necesario tener en cuenta tres planos o niveles, distintos pero interrelacionados. 1- El plano humano o terrenal. 2- El plano demoníaco o espiritual. 3- El plano divino o celestial. Si no tenemos una comprensión y visión de lo que está ocurriendo en estos tres niveles, no sabremos entender lo que pasa en el mundo, no sabremos como orar efectivamente y cómo actuar decididamente.

 

1- El plano humano o terrenal. La gran mayoría de la gente, incluidos los creyentes, tienen un entendimiento simplemente natural de lo que pasa a su alrededor. Son presa fácil del engaño y la manipulación tan prevalentes en este tiempo. Unos pocos, tanto de inconversos como de creyentes, se han desengañado, están despiertos y han discernido lo que realmente ocurre en el mundo, en este plano terrenal y humano. Al ver la terrible realidad, se han atrevido a denunciar que hay toda una trama y confabulación global para esclavizar a la humanidad, para decimarla y para despojarla de toda dignidad y propiedad. Y son cada vez más las estructuras rápidas y funcionales que se están uniendo y organizando para enfrentar tamaña amenaza global.

 

2- El plano demoníaco o espiritual. Discernir acertadamente el plano terrenal es bueno y muy importante; pero no podemos quedarnos solo en este plano. Pensar que todo ocurre y se decide en el terreno humano es exponerse a vivir en una continua frustración y desesperación. Un número cada vez mayor de gente de oración está

discerniendo y actuando en el siguiente plano. Solo los creyentes que están despiertos son conscientes, y están dispuestos, a pelear la terrible guerra espiritual que nos ha sobrevenido debido a los muchos poderes satánicos y espíritus de iniquidad que han sido desatados sobre la tierra.

 

3- El plano divino o celestial. Debemos seguir subiendo niveles hasta el plano más alto, para tener una perspectiva real de lo que pasa en el mundo. Solo desde el plano celestial y divino veremos con claridad que esta sacudida de cielos, tierra y mar, y de las naciones, no es otra cosa que los justos juicios de Dios sobre la tierra y la humanidad.

 

¿Cómo interactúan estos tres planos y cuál debe ser nuestra respuesta en cada uno de ellos?

 

Erramos en el plano superior, si solo podemos declarar que Dios está en control y que nos guardará de todo mal, que los hijos de Dios no sufriremos ningún mal, que los juicios caerán solo sobre los malos, o que los juicios de Dios son para el tiempo final, no para este tiempo. Ya de por sí, es un pecado pensar solo en nuestro bienestar, en vez de hacer todo esfuerzo por cumplir nuestro cometido de ser sal y luz, y dedicarnos para ser instrumentos de la misericordia de Dios para esta pobre humanidad; así como los hijos de Satanás están entregados a servirle para matar, robar y destruir. Ellos se han convertido en instrumentos de castigo y de juicio en manos de la ira de Dios. Nuestro evangelio delante de los hombres será un evangelio humanista, que deshonra a Dios, si no nos atrevemos a declarar que estamos bajo el justo juicio de Dios y que él llama a todos los hombres en todas partes a arrepentirse de sus pecados y maldades.

 

Errada es nuestra perspectiva del plano superior, si no vemos que Dios demanda de nosotros un arrepentimiento profundo, duradero y amplio; discerniendo los pecados por los que Dios tiene que traer estos juicios sobre la tierra. ¿No ha de castigar un Dios justo, la masacre continua de bebés no nacidos en todas nuestras naciones, y el derramamiento de sangre inocente, cuando se están abortando bebés hasta el mismo momento de su nacimiento e incluso asesinándolos cuando logran salir con vida del vientre de su madre? Claro que Dios ve esto y lo castigará. ¿No ha de frenar Dios nuestro desenfreno de inmoralidad y corrupción moral en la escuela pública? Es necesario que el juicio comience por la casa de Dios; por tantos celos, envidias, divisiones. Hemos abandonado nuestro primer amor. El arrepentimiento debe ser nuestra primera respuesta. Y el primer arrepentimiento debe ser el personal; luego con nuestra casa, después con nuestra congregación, y juntos nos arrepentiremos en identificación con los muchos pecados de nuestra nación. Este arrepentimiento será la única manera de revertir y detener los juicios de Dios, y traer sanidad a nuestra tierra.

 

En el plano espiritual o demoníaco, no basta con decir que Satanás está vencido, que seremos guardados de todo sufrimiento y mal en el mundo, que Cristo ya venció en la cruz. Cosas todas muy ciertas, pero que usamos con ligereza y como excusa para esquivar nuestra responsabilidad en este nivel. La lucha no es contra los hombres inicuos que nos están llevando al desastre; detrás de ellos hay sociedades y acuerdos secretos consagrados a Satanás. El padre de toda mentira y engaño, que es quien los capacita para matar, robar y destruir. La enseñanza apostólica nos dice que luchamos contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad. Por eso, como soldados de Cristo, debemos revestirnos diariamente de toda la armadura de Dios. ¿Cómo hacerlo? Las instrucciones las tenemos en Efesios 6:10-20 (memorízalo y óralo cada día en tu

devocional personal). Solo desde una vida consagrada y de santidad podremos tener autoridad para enfrentar al enemigo. Es necesario que cultivemos la práctica de la presencia de Dios continuamente. De igual manera, Dios requiere que dejemos nuestros individualismos de autosuficiencia, y aprendamos principios espirituales, como la sujeción mutua o la sumisión a la autoridad. Entonces podremos ser parte de su ejército espiritual, y recibiremos juntos del Espíritu estrategias para discernir qué espíritus actúan detrás de estas instituciones globales, que se han confabulado para dominarnos, arruinarnos y destruir nuestra salud, economía, y a nuestros hijos. La democracia como sistema de gobierno ya no existe; ha sido reemplazada por regímenes totalitarios y tiranos, que actúan como verdaderas mafias que dominan el mundo y que se proponen dominar a toda la humanidad bajo un nuevo y único orden mundial. En la fase 2 de este proceso, veremos maneras de orar eficazmente en los tres planos.

 

En el plano humano y terrenal, no podemos temer el sufrimiento. Debemos buscar primero el Reino de los cielos, en vez de nuestra propia comodidad y seguridad. Dios no es nuestro siervo; si sufrimos, no debemos apostatar de la fe ni rechazar a Dios, pensando que él no ha cumplido con su papel de ser nuestro siervo y darnos una vida cómoda y sin sufrimiento. Debemos estar dispuestos a entregarlo todo por ver que el Reino de los Cielos viene a nuestro mundo y en nuestra generación con gran poder y gloria. ¡Solo así seremos vencedores! Dios quiere derramar su compasión en nosotros, para que clamemos desde nuestras entrañas: Señor, en tu ira acuérdate de misericordia; como clamaba el profeta Habacuc. A partir de ahí, debemos predicar con toda autoridad: Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos se ha acercado.

 

Es menester que pongamos todo nuestro esfuerzo por traer lo que entendemos que es la única solución para nuestro mundo: el Reino de los Cielos en la tierra, en todos sus campos: la salud, la educación, la economía, la Iglesia. Todo lo que puede ser sacudido será sacudido, para que solo permanezca un reino inconmovible. Desde esta perspectiva, tenemos que ver que todo aquel que endurece su corazón y persevera en su maldad será condenado. Solo serán salvos los que se arrepientan de manera genuina y real. Los hijos del reino deben orar y trabajar por la salvación de muchos; porque con dolores de parto veremos la gloria de Dios, y recogeremos una gran cosecha de almas salvadas de todas las naciones.

 

¿Crees que tener una perspectiva más amplia, al ver estos tres planos, nos ayuda a entender lo que está pasando en el mundo y saber cómo responder? ¿Te llama Dios a que le busques para tener en mente estos tres planos en alguna área de tu vida: tu salud, la educación de tus hijos, tu economía? Pregunta al Señor cómo debes actuar en tu situación personal; o, como pastor, con las familias de tu Iglesia y en tu congregación; como empresario, en tu medio de trabajo; como estudiante, en tu centro educativo.

En la fase 2 de este proceso veremos cómo orar eficazmente por lo que pasa en los tres planos: el divino, el terrenal y el espiritual. Y en la fase 3 veremos cómo actuar decididamente a favor de nuestro mundo; el mundo que nuestro Padre celestial ama, y por el cual clamamos que venga su reino y que se haga su voluntad.

 

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Fase 2: ¿Cómo orar eficazmente en cada uno de estos tres planos?

 

1- Si cumplimos los requerimientos de 2 Crónicas 7:14, cosecharemos sus bendiciones: Mira que el contexto de esta maravillosa promesa de restauración, como tantas otras, está en un contexto de juicio de Dios (v.13). Veamos que es a través del pueblo de Dios que él ha prometido sanar la tierra. Pero, primero, debemos humillarnos confesando públicamente nuestros pecados personales, familiares, congregacionales y nacionales. Debemos orar, pero orar con este claro enfoque: el arrepentimiento como único medio para ver el avivamiento. Buscar su rostro con ayunos, cadenas de oración, vigilias congregacionales, encuentros unidos de ciudad y país. Convertirnos de nuestros malos caminos. Después de la confesión, debemos hacer restitución y reparar el daño hecho: buscar la reconciliación en cualquier manera que podamos unos con otros; vivir en un perdón mutuo continuo y en un amor comprometido los unos por los otros y por nuestro prójimo. Solo habiendo vivido primero este proceso, podemos ahora tener la confianza y seguridad de su santa y bendita promesa: Entonces, yo oiré de los cielos, dice el Señor, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra. ¡Aleluya! Si estas cosas están en orden y estamos en la unidad del Cuerpo de Cristo en la ciudad o la nación, buscando juntos la guía del Espíritu, tendremos autoridad sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y destruir, para arruinar y derribar, para edificar y para plantar (Jeremías 1).

 

2- Si nos arrepentimos, revertiremos los justos juicios de Dios, y cosecharemos salvación. Por ejemplo, al orar por la familia y las Nuevas Generaciones, primero debemos arrepentirnos si hemos abdicado de nuestra responsabilidad de educar a nuestros hijos y haberla puesto en manos de profesionales sin escrúpulos que los están corrompiendo. Debemos arrepentirnos si el Altar familiar en nuestra casa está en ruinas. Como hijos, debemos arrepentirnos si hemos sido rebeldes contra nuestros padres y contra Dios. Como pastores, debemos arrepentirnos si hemos permitido en nuestra iglesia la fornicación entre nuestros jóvenes como estilo de vida; o por permitir como práctica habitual el divorcio y el nuevo casamiento. Entonces, sí podremos revertir la maldición que está destruyendo a nuestras familias y jóvenes en la nación.

 

3- Si fortalecemos los Cuatro Círculos Concéntricos de la Oración, tendremos fuerza para prevalecer contra nuestra propia naturaleza de carne de pecado, contra Satanás y contra el mundo. Salvaremos nuestras vidas y salvaremos nuestras familias. Con vidas y familias salvadas, sanadas y santificadas, podremos salvar a la iglesia y a nuestro mundo. Primer círculo: Mi relación personal con Dios: Establece un hábito diario de oración y lectura de la Biblia. Llena de contenido tu oración usando el Padre nuestro. Sigue un plan ordenado de lectura de la Biblia en un año. Segundo círculo: Ora con tu esposo/a diariamente, aún si es 5 minutos. Tercer círculo: Involucra a tus hijos y a quienes viven bajo tu techo en un Altar Familiar regular. Mira la serie de videos de formación, Los Diez Mandamientos para mi Familia, en www.escuelanehemias.wordpress.com. Cuarto Círculo Concéntrico de Oración: La iglesia tomando en oración su ciudad, su país, su mundo y estableciendo el Reino de los Cielos en su medio, en las Siete esferas de influencia. Mira los dos videos: Cómo preparar la oración congregacional y Cómo dirigir la oración congregacional.

 

4- Discernamos: 1- ¿Qué pecado está atrayendo el juicio de Dios sobre mi vida, familia, congregación, ciudad, nación, mundo? Confesemos, restituyamos y busquemos la transformación. 2- ¿Qué demonios y fortalezas espirituales están detrás de este pecado

o acción malévola? ¿Cómo podemos, con la guía del Espíritu, enfrentarlo y orar en su contra para deshacer su poder y su obra? 4- ¿Qué principio del Reino de los Cielos debe llenar este vacío, para manifestar la gloria y salvación de Dios? ¿Cómo podemos colaborar con Dios para establecer su Reino en este asunto, lugar o personas?

 

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FASE 3: ¿Cómo actuar decididamente a favor de nuestro mundo?

 

¿QUÉ MISIÓN CUMPLE LA IGLESIA EN EL MUNDO? La misión de la Iglesia de Cristo es trabajar por la extensión del Reino de Dios en su mundo y en su generación. ¿Cómo puede cumplir su propósito de manera efectiva? 1- Orando para que el Reino de los Cielos venga a la Tierra. 2- Dando un buen testimonio de vida ante el mundo a su alrededor. 3- Evangelizando; proclamando la Buena Noticia del Reino en palabra y poder. 4- Sirviendo con nuestras obras de caridad. 5- Influyendo y gobernando: Interviniendo en las Áreas de influencia de la sociedad; buscando su transformación y el establecimiento del Reino de los Cielos en la familia, el sistema educativo, la economía, el gobierno, la ciencia y la tecnología, etc.

 

1- Organicemos la intercesión y la adoración: Debemos organizar la intercesión y a los adoradores. La oración debe traspasar los límites de la iglesia local. Cada iglesia debe estar activamente vinculada con otras iglesias o ministerios de oración en la ciudad y la nación. Desde esta base y respaldo pastoral, debemos mantener una oración continua en los tres planos.

 

En el plano celestial, la iglesia mantiene una continua adoración, comunión y comunicación con el trono de gracia. La adoración del pueblo de Dios es una potente arma de guerra (2 Crónicas 20). Este será un buen ambiente y lugar que servirá como retaguardia para las iniciativas de intercesión y para la restauración de los intercesores cansados o quemados. La adoración unida a la intercesión también es un buen lugar para entrenar a la generación joven de intercesores y adoradores.

 

En el plano demoniaco, la iglesia debe crear una avanzadilla de intercesores experimentados que, guiados por el Espíritu Santo, asalten las Puertas del Hades y frenen el avance del mal, en asuntos, momentos o lugares de especial importancia. Esta avanzadilla prepara el camino para las estaciones de misión en lugares inexplorados, y las invasiones de evangelización y de obra pionera en nuevos territorios. La avanzadilla de intercesión debe tratar con los Altares del mal en el lugar; pecados y pactos que contaminan la tierra: el derramamiento de sangre inocente y el espíritu de violencia y muerte; la idolatría, la santería y prácticas ocultistas; la inmoralidad y perversión; los pactos antiguos con Satanás; las heridas y traumas históricos, todavía no sanados. Cosas, todas estas, que abren la puerta al Enemigo y le proveen con una plataforma de autoridad para mantener su reino de oscuridad y esclavitud sobre las vidas y las regiones. Los intercesores, guiados por el Espíritu, harán confesión y arrepentimiento en identificación con los pecados del pueblo, anularán estas maldiciones, derribarán en fe esos altares y edificarán en adoración los altares de Dios y declararán los propósitos redentores para el lugar.

 

En el plano terrenal, la Iglesia de una ciudad debe tener una o más casas de oración y adoración. Tomar montañas para la oración y el ayuno prolongado. Mantener vigilias unidas regulares. Hacer salidas de oración y adoración a lugares de especial relevancia o necesidad. La iglesia en su conjunto debe funcionar en equipos apostólicos (apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Si buscamos la llenura del Espíritu, él nos dará su santa y poderosa unción: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor (Lucas 4:18-19). Una manera

efectiva de derrotar el poder del diablo es haciendo un ministerio de liberación efectivo (Lucas 10:17-19). El poder y la autoridad para traer el Reino de los Cielos en nuestro medio, es nuestro; usémoslo (Mateo 28:18-20; Hechos 1:8).

 

2- Haz un estudio concienzudo sobre el Reino de los Cielos en el Evangelio de Mateo. Puedes seguir nuestra Guía de oración y estudio de Mateo 40 Días - SU REINO LO PRIMERO en www.2009oracionporespana.blogspot.com o en www.colombiaderodillas.blogspot.com

 

3- Empieza por el autogobierno de tu persona y de tu casa: Por ejemplo, si estás orando por la esfera del Gobierno, debes proponerte que el Reino de Dios se establezca primeramente en tu vida y en tu familia, trabajando en hábitos saludables de vida, ejercicio físico y descanso. Siempre que puedas, opta por medios naturales, en vez de medicamentos o comidas procesadas o modificadas. Esto debes practicarlo en tu casa y con tu familia. Como pastor, debes enseñarlo a las familias de tu congregación. Tu vida debe ser guiada por el Espíritu y no por tu carne o el Enemigo. Para ello tienes que pasar por un proceso de santificación espiritual, sanidad emocional y sanidad física: espíritu, alma y cuerpo.

 

4- Debemos buscar a Dios para saber cómo crear estructuras alternativas, sencillas y funcionales, que puedan ayudarnos a funcionar fuera de este sistema inicuo. Por ejemplo, si queremos buscar alternativas en la economía, debemos pensar en una economía comunitaria, y no solo individual o familiar. El pueblo de Israel ha sido y es un modelo en todos los campos, y toda una referencia en cómo crear una nueva nación y defenderla con su propia sangre. Miremos a Israel, oremos por Israel, imitemos en esto, el ejemplo de Israel. Israel y las fiestas del Señor nos siguen marcando el calendario bíblico y los tiempos proféticos en que vivimos. Estemos muy atentos a ello, cada año en su ciclo anual.

 

5- Si queremos alternativas educacionales, debemos pensar en cómo educar a nuestros hijos en casa, y al mismo tiempo estar muy atentos a lo que están aprendiendo en su colegio, y a través de las Redes Sociales.

 

5Si queremos alternativas a la iglesia, debemos pensar en familias enteras para Cristo en su contexto familiar; o, pensar en la vida comunitaria. La iglesia primitiva descubrió el gran valor de vivir en comunidad y compartir todos sus recursos para que no hubiese necesidad entre ellos. La Iglesia en la China Comunista ha sabido cómo hacer iglesia donde se reúnen dos o tres en los hogares. Con este movimiento clandestino y subterráneo ha sacudido a un régimen cruento; no ha sucumbido ante él, y ha ganado a por lo menos 100 millones de compatriotas chinos para el Evangelio. Debemos entender que la respuesta a los problemas de nuestro país no está primeramente en que un creyente evangélico ocupe un cargo importante en el gobierno, aunque creemos que el servicio en la política es un llamado legítimo y bueno; pero la respuesta primera es la Iglesia orando y trayendo el Reino de los Cielos de maneras muy prácticas, reales, palpables y relevantes para todos estos males que nos aquejan.

 

Es tiempo de leer el libro del Apocalipsis. Allí vemos con mayor claridad la interacción y la lucha sostenida en los tres planos. Allí tenemos la revelación del poder sin igual de nuestro amado Creador, la perfecta y suficiente obra redentora del Cordero inmolado y el mover del Espíritu tratando con las congregaciones. Hay una lucha titánica en los cielos contra Satanás y sus huestes, que incide en los habitantes de la tierra y en toda

la creación. La adoración y la oración de los santos es esencial en los planes divinos. Es tiempo de que como pueblo de Dios nos dispongamos para ser parte determinante en que los propósitos eternos de redención de cielos, tierra y mar se cumplan en esta hora de crisis en el mundo que tanto Dios amó y ama. ¿Serás instrumento de misericordia y redención, y no instrumento de castigo y de juicio?

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16).