18 dic 2013

CLAUSURA DE LOS 40 DÍAS EN BOGOTÁ

Santas Convocaciones 40 Días ayuno, oración y vigilia

POR EL CESE DEFINITIVO DEL CONFLICTO EN COLOMBIA EN 2013

CLAUSURA DE LOS 40 DÍAS EN BOGOTÁ, TREGUA DE NAVIDAD Y MÁS

    Estimados compañeros de oración por la paz de Colombia: Reciban un saludo en Cristo, en estas Navidades 2013. Abajo les incluyo dos reportajes inspiradores y desafiantes, enviados el martes 10 de diciembre. Uno, de nuestra hermana Lísbeth Buriticá, coordinadora nacional del Festipaz, que sigue arriesgando su vida a favor de las comunidades indígenas y afro-colombianas en las zonas del conflicto. El segundo,  de nuestro amado pastor paez, Hermes Yatacué, que, aunque breve, habla por sí solo de la situación difícil que están viviendo en su territorio del Cauca. Estos dos correos y la finalización de los 40 Días de Ayuno, Oración y Vigilia en Bogotá, me han inspirado a escribirles y pedirles que animemos a nuestras iglesias para que oren por los siguientes 7 puntos:
            1- Oremos y participemos en la clausura en Bogotá de los 40 Días de Ayuno, Oración y Vigilia por la paz y la reconciliación en Colombia: Domingo 29 de diciembre, de 7 a 12 p.m. Esta reunión se realizara en ICC Misión Vida (Cruzada de Santa Isabel). Más información: Margarita Morales de Ariza, pastora ICC Bogotá Suba: 313 284 66 77, margaritamorales1@hotmail.com Deya Carrillo, Colombia de Rodillas: Deya Carrillo: 316 392 52 26, 375 28 98  deyacp@hotmail.com
            2- Oremos por nuestros hermanos indígenas en las zonas del conflicto, como el Cauca: Que ellos alcancen la victoria por sus oraciones, y vean paz y transformación social en su medio. 3- Oremos por el cese al fuego declarado por las Farc, del 15 de diciembre al 15 de enero. Después de la destitución del Alcalde de Bogotá, las Farc dicen que antes de este cese al fuego pueden ocurrir más ataques en el territorio nacional. Suponemos que se refieren a más ataques, como el ocurrido el sábado 7, en el pueblo indígena de Inzá, del cual nos cuenta nuestra hermana Lísbeth en su correo abajo. Oremos por una Navidad en paz y por la intervención de Dios una vez que termine esta tregua. Oremos que la tregua, las negociaciones y todo contribuya al avivamiento y transformación social de Colombia.
    4- Oremos por las negociaciones de la Habana: Ya llevamos un año y hasta ahora solo se han alcanzado acuerdos parciales en los primeros dos, de los cinco puntos de la agenda; esto es en cuanto a la distribución de la tierra y la participación de la guerrilla en la política. Ahora mismo se empieza a negociar el tema de los cultivos ilícitos y el narcotráfico. Siendo como es éste, un conflicto más económico que ideológico, necesitamos que Dios intervenga para pararlo definitivamente. Solo él puede darnos una paz verdadera y duradera. Por eso entendemos que no debemos dejar de orar en el 2014.
    5- Oremos por las negociaciones del Gobierno con el ELN: Se está a la espera de que el Gobierno haga un anuncio público del inicio de negociaciones también con el ELN, como está haciendo con las Farc. Oremos para que así sea, y cuando se den estas negociaciones, que Dios dé fuerza a nuestra propuesta que en el mes de abríl presentamos al ELN, llamada UN ESTADO DE GRACIA DE SIETE AÑOS PARA COLOMBIA 2013 - 2014. Que esta sea una puerta abierta para que la Iglesia Cristiana se involucre decididamente con sus propias propuestas a favor de la paz de Colombia. 6- Pidamos que el Espíritu se mueva sobre el caos y vacío de poder de la capital, Bogotá, luego del anuncio de destitución del alcalde Petro, por parte del Procurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez. Si la Iglesia Cristiana no ora y actúa a favor de nuestras ciudades, regiones y nación, estas son las situaciones con las que nos tendremos que enfrentar, aunque se firmen los acuerdos de paz de la Habana.
               
    7- Oremos por sabiduría para los hermanos que componen la Mesa de Paz de Cedecol, para que sepan guiarnos a orar y trabajar por la paz en 2014 y hasta que veamos el fin del conflicto armado. Debemos seguir orando, trabajando y aportando nuestras propuestas de paz, porque en ellas reclamamos como primera cosa que nuestras autoridades reconozcan la necesidad de clamar al Cielo. Esto fue lo que hizo Sudáfrica en 1994, lo que la libró de un derramamiento seguro de sangre y lo que la ha llevado a ser una nación modelo de reconciliación nacional en el mundo. No fue Mandela, fue la intervención de la Iglesia lo que cambió a Sudáfrica. Esto solo lo sabe quien vivió la historia desde dentro y nos la ha contado a los demás. Esto es lo que la Iglesia debe hacer en Colombia: Orar como si todo dependiera de Dios, y trabajar por la paz como si todo dependiera de nosotros. Con este propósito seguiremos juntos como Mesa de Paz de Cedecol en 2014. ¡Feliz Navidad a todos y un año lleno de paz y prosperidad!

Su hermano en Cristo,
Leopoldo Lobo

P.D. Les ruego que envíen este correo a los pastores, iglesias y hermanos que están orando con los 40 Días de Bogotá, y en general a sus contactos que oran por la paz de Colombia. También agradezco sus comentarios a esta nota.


El 10 de diciembre de 2013 17:30, Lizbeth Buriticá López <lizbethburitica@hotmail.com> escribió:
            Agradezco profundamente sus oraciones.  Dios las escuchó y su amor y protección nos acompañaron en este viaje. El seminario fue de gran bendición para los pastores y la Iglesia de la Alianza Cristiana en Belalcázar, Cauca. El viaje fue maravilloso atravesando la cordillera, pasamos por el Páramo Moras, una muestra espectacular de la grandeza y majestuosidad de nuestro Padre Dios.  La vegetación salvaje del páramo es muy hermosa... ¡Los elegantes frailejones y los árboles enanos cubiertos de flores amarillas y púrpuras son un espectáculo! El ganado Normando cruzado con Holsteing... Por un momento me sentí en la bella Suiza... solo hacían falta las campanitas colgadas de los cuellos de las vacas. El aire puro, el olor a mora silvestre y a tierra húmeda, el aroma de las flores silvestres... ¡Sentí mucha paz en la tierra del conflicto! 
            Los hermanos recibieron la Palabra con gozo, se comprometieron a compartirla con sus feligreses y nosotros sabemos que ellos lo hacen.  Fue una inmensa alegría reconocer a nuestro amado hermano Jacintopadre (nombre que le damos en el libro Entre España y Colombia: Una historia de perdón y paz), quien emocionado al verme dijo delante de todos: "el ángel de la hermana Lízbeth está aquí".... Fue muy especial. Él llamó a su hijo Jacinto para que se viniera a escuchar la conferencia. Su hijo estaba a tres horas de camino en moto y llegó. El padre compartió el testimonio de su hija y del esposo, que después de siete años que entregaron a la lucha por el pueblo, abandonaron la insurgencia para dedicarse a trabajar el campo; tienen una finca y están exportando.  ¡Gloria a Dios por tan Buenas Nuevas!  Después de tantos años de oración, Nuestro Padre respondió el clamor de todos.  ¡Este es un fruto de Festipaz! ¡Alabado sea Dios!
            Regresamos por otro camino.  El bus que salía a la 1:00 de la tarde con los profesores de Belalcázar inició su recorrido por una carretera que está en construcción, por un filo de la montaña, con abismos impresionantes y abajo el río Páez corriendo con gran furia, lava cayendo de la montaña en algunos trayectos de la vía.  Un viaje de alto riesgo.  La primera parada, a escasos minutos de Belalcázar, Inzá, el pueblo vecino.  Ahí se bajaron varios profesores.  Se acercó un anciano hermoso a quien compré las achiras, el yogur y el kumis. Nunca olvidaré su rostro.  En el parque donde cuadramos, dije a mi compañera de viaje: ¡Qué pueblito tan bonito!
Horas más tarde, solo unas horas después, un carro bomba explotó... Tres pipas explosivas. Más de cuarenta heridos, nueve muertos entre ellos cuatro policías. ¿Y mi viejito...? ¿Y los profesores? ¿Y los niños que jugaban en el parque? ¡Y yo que había  sentido tanta paz en la tierra del conflicto!
            ¡Nuestra Amada Colombia! No África, no China, no India... Colombia la tierra de nuestro llamado.  Nuestra gente, nuestro Gobierno, una tierra que soñamos con reconstruir.  No podemos dejar a nuestros hermanos solos.  Fue un largo viaje... diez horas para llegar a un pueblo que limita con Huila y Tolima.  Tienen hambre, tienen sed de oír la sana doctrina.  Son ricos, muy ricos y viven como pobres.  Son los dueños, amos y dueños de las tierras que aún son vírgenes, hermosas, llenas de minerales preciosos. ¿Cómo es posible que vivan como pobres, siendo tan ricos?  Les animé, les enseñé Cosmovisión bíblica, les desafié a cultivar los alimentos que nuestro pueblo necesita y que den trabajo a los citadinos.  Soñamos juntos, les di muchas ideas y quedamos en volvernos a reunir para planear juntos, para organizar.  ¡Esta es una misión de transformación!  Ellos nos necesitan, ellos nos están esperando.  Son nuestros hermanos quienes sufren el dolor de la guerra.
            ¡Pero Dios no los ha dejado solos!  ¡Dios está obrando! ¡El está haciendo milagros en medio de ellos! Dios se acordó del dolor de nuestros hermanos y la Iglesia está despertando.  Ellos saben que solo Jesús puede traer paz a los corazones angustiados.  Ellos saben que solamente el amor del Padre puede sanar las heridas más profundas del conflicto.  Ellos están orando, ayunando, vigilando.  El mismo día del carro bomba, los hermanos tenían planeada una vigilia de oración en el Coliseo del pueblo.  Ellos están velando como las vírgenes sensatas.  ¡Ciertamente nuestro Dios les dará su recompensa! Lo mejor está por venir para nuestras comunidades indígenas. ¡Ya es el tiempo de su restauración!  Uno de ellos me dijo: "Nos cansamos de dar nuestros hijos a la revolución.  Ellos nos fallaron, ellos nos traicionaron.  Nunca cumplen lo que prometen".  Ahora hay mayor conciencia entre ellos.  Solo quieren adorar a Dios y abrazar la bendición del trabajo.  ¡Es la hora de transformación para el campo!  ¡Unamos nuestras manos y ayudemos! ¡Nos necesitan!
            Juntos extendiendo el Reino de Justicia,
            Lisbeth Buriticá L.

 ----- Original Message -----
            Hola amado, es un proceso incierto en tanto que mientras se habla de paz en la habana, en el norte del cauca especialmente en tacueyo Cauca muchas familias ya hace una semana que estan desplazados a causa de enfrentamientos del ejercito con la guerrilla de las farc vivimos en medio de los dos fuegos hace mas de 40 años y nuestras familias solo hacen sino esconderse o desplazarse por que son intimidados por ambos grupos,como Iglesia estamos haciendo cultos solo en el dia y en la noche no se puede transitar pues la muerte acecha cada minuto que pasa, esa es la cruda realidad que estamos viviendo actualmente.Solo hacemos Orar 24 horas y ayunos 40 dias continuo.el unico que trae verdadera paz sera la extencion del Reino de Dios.
de: Pastor Hermes Hernan, Congo Cauca Colombia