LOS
DIEZ MANDAMIENTOS PARA MI FAMILIA (Éxodo 20)
NORMAS DE COMPORTAMIENTO Y BUEN FUNCIONAMIENTO EN CASA
Primer mandamiento: “Yo soy Jehová tu Dios que te saqué de la
servidumbre de Egipto; además de mí, no tendrás ningún otro dios.” Para crear un ambiente de gracia y verdad en
nuestro hogar, tendremos como valor supremo y prioridad absoluta cultivar
nuestra relación con Dios a través de la oración y la lectura de la Biblia. Nuestro compromiso diario es: cada uno mantendrá la
disciplina de su devocional personal, papá y mamá oraran juntos y toda la
familia celebrará el altar familiar. Además, cada hijo tendrá, por
lo menos una hora semanal, de dedicación exclusiva por parte de sus
padres para trabajar en su progreso espiritual, emocional, físico e
intelectual (Mateo 6:33; Salmo 127;
128). ¡La familia que ora unida, permanece unida!
Segundo mandamiento: “No te harás
ninguna imagen para adorarla.” Rechazamos toda forma de idolatría; sabiendo
que Dios la aborrece y que trae maldición sobre nosotros y nuestros
descendientes. No pondremos a nada ni a nadie antes que Dios: Ni amigos, ni videojuegos, computador, películas,
televisión, celular… Nada ocupará mi tiempo o afecto por delante del Dios vivo
y verdadero. Cumpliré la Ley de Dios obedeciendo sus dos grandes
mandamientos: Amar a Dios y amar a mi prójimo como a mí mismo (Deuteronomio
6:4-5; Mateo 22:36-40).
Tercer mandamiento: “No pronunciarás en vano el nombre de Jehová tu
Dios, porque no dará por
inocente Jehová al que tome su nombre en vano”. Toda
nuestra vida recordaremos que apostatar, negar nuestra fe o blasfemar el nombre
de Dios nos traerá graves consecuencias (Levítico 24:10-16 y 23). No
tomaremos a la ligera a Dios o sus cosas sagradas: Su nombre y persona, su
Palabra, el culto, la oración… No haremos vano y sin valor lo que es santo, ni
trataremos como santo lo que es mundano. No daremos culto a nuestro cuerpo,
belleza, dinero, inteligencia, fuerza. Todo lo usaremos para adorar al Dios
vivo y verdadero (Romanos 12:1-2).
Cuarto mandamiento: “Apartarás el día séptimo para guardar reposo”. Seis días trabajaremos esforzada y
diligentemente con alegría de corazón y como para el Señor, y consagraremos el
séptimo día para el Señor: Para pasar más tiempo
con él, para descansar y renovar fuerzas, y para disfrutar con la familia.
En común acuerdo trabajaremos en un plan de actividades diarias, semanales,
mensuales y anuales que traiga orden, paz y eficiencia en nuestro
funcionamiento como familia; de manera que cada uno, desde el más pequeño hasta
el más grande, sepa cuál es su lugar en la familia y cómo funcionar bien en su
relación con los demás. Buscaremos un horario diario funcional, ágil y fácil de
seguir. Este plan será una instrucción clara de los deberes de cada uno; así como
de las consecuencias de la desobediencia y las recompensas por la obediencia.
Definiremos claramente el
lugar de las siguientes áreas en nuestro calendario diario: Devoción, cuidado e higiene personal,
alimentación sana y equilibrada, estudio y trabajo, deberes y tareas de casa,
descanso, diversión, celebraciones. Junto al horario compartido, diseñaremos un
plan de desarrollo personal para cada
miembro de la familia, con el fin de proveer actividades que le permitan
entrenar y formar sus dones y desarrollar a plenitud su llamado en Dios. Esto,
con el fin de que cada uno y todos juntos lleguemos al destino que Dios tiene para
nosotros y cumplamos con nuestro propósito en la vida. Todo lo que hagamos, lo
haremos de corazón y como para el Señor (Colosenses 3:23).
Quinto mandamiento: “Honra a tu padre y a tu madre”. Regiremos nuestras relaciones familiares por las
directrices de Efesios 5:21 a 6:4. Nos esforzaremos para que en nuestro hogar
reine el amor mutuo, el perdón redentor y la gracia que cubre multitud de
faltas. Como padres, seremos consecuentes
con nuestra autoridad: Instruyendo al máximo, dando órdenes claras y
corrigiendo toda desobediencia. Como hijos, nos
comprometemos a obedecer con inmediatez y a someternos a la disciplina y
corrección de nuestros padres, sabiendo que es para nuestra protección y
madurez. Respetaremos toda autoridad delegada por nuestros padres, en otros
hermanos, en profesores, pastores, etc.
Sexto mandamiento: “No matarás”. Para obedecer este mandamiento, seguiremos las
directrices de Mateo 5:21-26: Guardaré mi corazón
de enojo, desprecio, amargura, odio, venganza, crítica, falta de perdón.
No usaré palabras groseras; sí usaré un lenguaje
constructivo y apropiado, para dignificar y honrar a quien estoy hablando
(Efesios 4:29). Todo esto, sabiendo que: La muerte y la vida están en poder
de la lengua (Proverbios 18:21). Nos abstendremos de alimentar nuestra
mente con la violencia de la Tele o los videojuegos. No usaremos de fuerza
bruta en nuestro trato con los demás.
(16) No matarás: Los diez mandamientos en familia | Escuela de Nehemías | #16 - YouTube
Séptimo mandamiento: “No cometerás adulterio”. Como padres,
tomamos la firme decisión de no dejar la instrucción sobre la sexualidad de
nuestros hijos a cargo de la escuela pública. Mucho menos, que sea Hollywood
quien guíe su conducta en las relaciones sexuales. Asumimos nuestra
responsabilidad como primeros instructores y vigías de esta y todas las demás
áreas en la vida de nuestros hijos. Con la Biblia como norma suprema y con
nuestro propio ejemplo, les instruiremos, corregiremos y aconsejaremos en cada
etapa de su desarrollo físico y emocional. Como
hijos, hacemos pacto con Dios que nos guardaremos vírgenes hasta el
matrimonio. Guardaremos, no solo nuestro cuerpo, sino también nuestra mente y
sentimientos, en santidad y castidad todos los días de nuestra vida.
(16) No cometerás adulterio: Los diez mandamientos en familia | Escuela de Nehemías | #17 - YouTube
Octavo mandamiento: “No hurtarás”. Renunciamos a toda pereza, “aburrimiento”,
descontento, flojera, robo y explotación a otros. Trabajaremos esforzadamente
para ganar con honradez nuestro dinero y sustento diario. No buscaremos
enriquecernos ni poseer cosas ilícitamente; sabiendo que la piedad es la mayor
ganancia y la satisfacción viene de estar contento y agradecido por lo que
tengo (1 Timoteo 6:6). Seremos buenos
administradores, no solo de nuestro dinero y posesiones, sino de nuestro tiempo
y dones; sabiendo que de todo daremos cuenta a nuestro Amo celestial, quien nos
da todas las cosas, y de quien recibiremos la recompensa en la tierra y en el
cielo (Lucas 19:11-26). Seremos fieles mayordomos y daremos con
alegría nuestros diezmos y ofrendas a la Casa de Dios (Malaquías 3:8); sabiendo
que Dios ama al dador alegre (2 Corintios 9:7). Seremos generosos y haremos lo
que esté a nuestro alcance para suplir las necesidades de los pobres a nuestro
alrededor (Proverbios 19:17; 21:13). Seré fiel en lo poco que tengo, para que
Dios me dé más, para invertir en su Reino (Mateo 25:14-30).
(16) No robarás: Los diez mandamientos en familia | Escuela de Nehemías | #18 - YouTube
Noveno mandamiento: “No darás falso testimonio contra tu
prójimo”. Renunciamos a la
mentira, la hipocresía, el engaño y las medias verdades como estilo de vida.
Cultivaremos en nuestro hogar un ambiente donde prevalezca la verdad dicha en
amor (Efesios 4:15). No acusaremos falsamente
a otros, para defendernos nosotros mismos. Nos abstendremos de juzgar y
criticar inmisericordemente a otros; sabiendo que así como juzgamos, seremos
juzgados (Mateo 7:1-5). Cultivaremos actitudes de bondad y de
buenos modales para edificar y honrar al otro y a toda la familia. Responderé
con amabilidad; pediré las cosas con un “por favor”; expresaré gratitud con un
“gracias”; sabré escuchar, en vez de imponer mi opinión. En todo mostraré
respeto a mis padres, hermanos; sabiendo que todos los seres humanos somos
iguales y hemos sido creados a la imagen de Dios (Génesis 1:27).
Décimo mandamiento: “No codiciarás nada de tu prójimo”. Sabiendo que Dios mira hasta lo más íntimo
del ser humano, renunciamos a albergar en nuestro corazón envidia, celos,
y ansias de tomar lo que es del otro. No solo nos abstendremos de tomarlo;
sino, de desearlo. Nos esforzaremos por ejercer el dominio propio y el
autogobierno. Buscaremos cultivar un ambiente
de gracia y verdad, no solo en nuestro hogar, sino en nuestro corazón (Juan
1:14). Sobre todas las cosas guardadas, guardaré mi corazón (Proverbios
4:23). Lo haré, guardando la palabra de Dios en mi interior (Salmo 119:9-12).
(16) No codiciarás: Los diez mandamientos en familia | Escuela de Nehemías | #20 - YouTube
En este día declaro que yo
y mi casa serviremos al Señor (Jusué 24:15). Mi vida y mi casa serán
edificadas sobre la roca de mi obediencia a los mandamientos
del Señor (Mateo 7:24-27; Deuteronomio 6:1-9). Aunque vengan tormentas y
problemas, nuestra casa no caerá; sino que prosperará. Te doy gracias, oh Dios,
y te alabo, porque por la sangre de Jesús has sellado un nuevo pacto: El de escribir
estas leyes en nuestros mentes y grabarlas en nuestro corazón (Hebreos
8:8-12). Me propongo cumplir estos diez mandamientos, no por mis
propias fuerzas, sino con la ayuda del Espíritu de Dios (Zacarías 4:6), quien
produce en mí los frutos maravillosos de amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; sabiendo que esta es la ley más
alta de todas (Gálatas 5:22-23; 1 Corintios 13). ¡Gracias por llenarme de tu
Santo Espíritu, a mí y a mi familia, para que juntos experimentemos un
maravilloso ambiente de gracia y verdad y podamos reflejar en nuestro hogar la
gloria de nuestro amado Señor Jesucristo! (Juan 1:14). ¡En su nombre nos
proponemos ser una familia modelo, para que familias enteras conozcan la
salvación en Cristo! (Hechos 16:31).
Leopoldo Lobo
www.colombiaderodillas.blogspot.com
LOS DIEZ MANDAMIENTOS PARA MI FAMILIA (Éxodo 20)
NORMAS DE COMPORTAMIENTO Y BUEN FUNCIONAMIENTO EN
CASA
Primer mandamiento: “Yo soy Jehová tu Dios que te saqué de la
servidumbre de Egipto; además de mí, no tendrás ningún otro dios.” Para crear un ambiente de gracia y verdad en
nuestro hogar, tendremos como valor supremo y prioridad absoluta cultivar
nuestra relación con Dios a través de la oración y la lectura de la Biblia. Nuestro compromiso diario es: cada uno mantendrá la
disciplina de su devocional personal, papá y mamá oraran juntos y toda la
familia celebrará el altar familiar. Además, cada hijo tendrá, por
lo menos una hora semanal, de dedicación exclusiva por parte de sus
padres para trabajar en su progreso espiritual, emocional, físico e intelectual (Mateo 6:33; Salmo 127; 128). ¡La familia
que ora unida, permanece unida!
Segundo mandamiento: “No te harás
ninguna imagen para adorarla.” Rechazamos toda forma de idolatría; sabiendo
que Dios la aborrece y que trae maldición sobre nosotros y nuestros
descendientes. No pondremos a nada ni a nadie antes que Dios: Ni amigos, ni videojuegos, computador, películas,
televisión, celular… Nada ocupará mi tiempo o afecto por delante del Dios vivo
y verdadero. Cumpliré la Ley de Dios obedeciendo sus dos grandes
mandamientos: Amar a Dios y amar a mi prójimo como a mí mismo (Deuteronomio
6:4-5; Mateo 22:36-40).
Tercer mandamiento: “No pronunciarás en vano el nombre de Jehová tu
Dios, porque no dará por
inocente Jehová al que tome su nombre en vano”. Toda
nuestra vida recordaremos que apostatar, negar nuestra fe o blasfemar el nombre
de Dios nos traerá graves consecuencias (Levítico 24:10-16 y 23). No
tomaremos a la ligera a Dios o sus cosas sagradas: Su nombre y persona, su
Palabra, el culto, la oración… No haremos vano y sin valor lo que es santo, ni
trataremos como santo lo que es mundano. No daremos culto a nuestro cuerpo,
belleza, dinero, inteligencia, fuerza. Todo lo usaremos para adorar al Dios
vivo y verdadero (Romanos 12:1-2).
Cuarto mandamiento: “Apartarás el día séptimo para guardar reposo”. Seis días trabajaremos esforzada y
diligentemente con alegría de corazón y como para el Señor, y consagraremos el
séptimo día para el Señor: Para pasar más tiempo
con él, para descansar y renovar fuerzas, y para disfrutar con la familia.
En común acuerdo trabajaremos en un plan de actividades diarias, semanales,
mensuales y anuales que traiga orden, paz y eficiencia en nuestro
funcionamiento como familia; de manera que cada uno, desde el más pequeño hasta
el más grande, sepa cuál es su lugar en la familia y cómo funcionar bien en su
relación con los demás. Buscaremos un horario diario funcional, ágil y fácil de
seguir. Este plan será una instrucción clara de los deberes de cada uno; así como
de las consecuencias de la desobediencia y las recompensas por la obediencia.
Definiremos claramente el
lugar de las siguientes áreas en nuestro calendario diario: Devoción, cuidado e higiene personal,
alimentación sana y equilibrada, estudio y trabajo, deberes y tareas de casa,
descanso, diversión, celebraciones. Junto al horario compartido, diseñaremos un
plan de desarrollo personal para cada
miembro de la familia, con el fin de proveer actividades que le permitan
entrenar y formar sus dones y desarrollar a plenitud su llamado en Dios. Esto,
con el fin de que cada uno y todos juntos lleguemos al destino que Dios tiene
para nosotros y cumplamos con nuestro propósito en la vida. Todo lo que
hagamos, lo haremos de corazón y como para el Señor (Colosenses 3:23).
Quinto mandamiento: “Honra a tu padre y a tu madre”. Regiremos nuestras relaciones familiares por las
directrices de Efesios 5:21 a 6:4. Nos esforzaremos para que en nuestro hogar
reine el amor mutuo, el perdón redentor y la gracia que cubre multitud de
faltas. Como padres, seremos consecuentes
con nuestra autoridad: Instruyendo al máximo, dando órdenes claras y
corrigiendo toda desobediencia. Como hijos, nos
comprometemos a obedecer con inmediatez y a someternos a la disciplina y corrección
de nuestros padres, sabiendo que es para nuestra protección y madurez.
Respetaremos toda autoridad delegada por nuestros padres, en otros hermanos, en
profesores, pastores, etc.
Sexto mandamiento: “No matarás”. Para obedecer este mandamiento, seguiremos las
directrices de Mateo 5:21-26: Guardaré mi corazón
de enojo, desprecio, amargura, odio, venganza, crítica, falta de perdón.
No usaré palabras groseras; sí usaré un lenguaje
constructivo y apropiado, para dignificar y honrar a quien estoy hablando
(Efesios 4:29). Todo esto, sabiendo que: La muerte y la vida están en poder
de la lengua (Proverbios 18:21). Nos abstendremos de alimentar nuestra
mente con la violencia de la Tele o los videojuegos. No usaremos de fuerza
bruta en nuestro trato con los demás.
(16) No matarás: Los diez mandamientos en familia | Escuela
de Nehemías | #16 - YouTube
Séptimo mandamiento: “No cometerás adulterio”. Como padres,
tomamos la firme decisión de no dejar la instrucción sobre la sexualidad de
nuestros hijos a cargo de la escuela pública. Mucho menos, que sea Hollywood
quien guíe su conducta en las relaciones sexuales. Asumimos nuestra
responsabilidad como primeros instructores y vigías de esta y todas las demás
áreas en la vida de nuestros hijos. Con la Biblia como norma suprema y con
nuestro propio ejemplo, les instruiremos, corregiremos y aconsejaremos en cada
etapa de su desarrollo físico y emocional. Como
hijos, hacemos pacto con Dios que nos guardaremos vírgenes hasta el
matrimonio. Guardaremos, no solo nuestro cuerpo, sino también nuestra mente y
sentimientos, en santidad y castidad todos los días de nuestra vida.
(16) No cometerás adulterio: Los diez mandamientos en
familia | Escuela de Nehemías | #17 - YouTube
Octavo mandamiento: “No hurtarás”. Renunciamos a toda pereza, “aburrimiento”,
descontento, flojera, robo y explotación a otros. Trabajaremos esforzadamente
para ganar con honradez nuestro dinero y sustento diario. No buscaremos
enriquecernos ni poseer cosas ilícitamente; sabiendo que la piedad es la mayor
ganancia y la satisfacción viene de estar contento y agradecido por lo que
tengo (1 Timoteo 6:6). Seremos buenos
administradores, no solo de nuestro dinero y posesiones, sino de nuestro tiempo
y dones; sabiendo que de todo daremos cuenta a nuestro Amo celestial, quien nos
da todas las cosas, y de quien recibiremos la recompensa en la tierra y en el
cielo (Lucas 19:11-26). Seremos fieles mayordomos y daremos con alegría
nuestros diezmos y ofrendas a la Casa de Dios (Malaquías 3:8); sabiendo que
Dios ama al dador alegre (2 Corintios 9:7). Seremos generosos y haremos lo que
esté a nuestro alcance para suplir las necesidades de los pobres a nuestro
alrededor (Proverbios 19:17; 21:13). Seré fiel en lo poco que tengo, para que
Dios me dé más, para invertir en su Reino (Mateo 25:14-30).
(16) No robarás: Los diez mandamientos en familia | Escuela
de Nehemías | #18 - YouTube
Noveno mandamiento: “No darás falso testimonio contra tu
prójimo”. Renunciamos a la
mentira, la hipocresía, el engaño y las medias verdades como estilo de vida.
Cultivaremos en nuestro hogar un ambiente donde prevalezca la verdad dicha en
amor (Efesios 4:15). No acusaremos falsamente
a otros, para defendernos nosotros mismos. Nos abstendremos de juzgar y
criticar inmisericordemente a otros; sabiendo que así como juzgamos, seremos
juzgados (Mateo 7:1-5). Cultivaremos actitudes de bondad y de
buenos modales para edificar y honrar al otro y a toda la familia. Responderé
con amabilidad; pediré las cosas con un “por favor”; expresaré gratitud con un
“gracias”; sabré escuchar, en vez de imponer mi opinión. En todo mostraré
respeto a mis padres, hermanos; sabiendo que todos los seres humanos somos
iguales y hemos sido creados a la imagen de Dios (Génesis 1:27).
Décimo mandamiento: “No codiciarás nada de tu prójimo”. Sabiendo que Dios mira hasta lo más íntimo
del ser humano, renunciamos a albergar en nuestro corazón envidia, celos,
y ansias de tomar lo que es del otro. No solo nos abstendremos de tomarlo;
sino, de desearlo. Nos esforzaremos por ejercer el dominio propio y el
autogobierno. Buscaremos cultivar un ambiente
de gracia y verdad, no solo en nuestro hogar, sino en nuestro corazón (Juan
1:14). Sobre todas las cosas guardadas, guardaré mi corazón (Proverbios
4:23). Lo haré, guardando la palabra de Dios en mi interior (Salmo 119:9-12).
(16) No codiciarás: Los diez mandamientos en familia |
Escuela de Nehemías | #20 - YouTube
En este día declaro que yo
y mi casa serviremos al Señor (Jusué 24:15). Mi vida y mi casa serán
edificadas sobre la roca de mi obediencia a los mandamientos
del Señor (Mateo 7:24-27; Deuteronomio 6:1-9). Aunque vengan tormentas y
problemas, nuestra casa no caerá; sino que prosperará. Te doy gracias, oh Dios,
y te alabo, porque por la sangre de Jesús has sellado un nuevo pacto: El de escribir
estas leyes en nuestros mentes y grabarlas en nuestro corazón (Hebreos
8:8-12). Me propongo cumplir estos diez mandamientos, no por mis
propias fuerzas, sino con la ayuda del Espíritu de Dios (Zacarías 4:6), quien
produce en mí los frutos maravillosos de amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; sabiendo que esta es la ley más
alta de todas (Gálatas 5:22-23; 1 Corintios 13). ¡Gracias por llenarme de tu
Santo Espíritu, a mí y a mi familia, para que juntos experimentemos un
maravilloso ambiente de gracia y verdad y podamos reflejar en nuestro hogar la
gloria de nuestro amado Señor Jesucristo! (Juan 1:14). ¡En su nombre nos
proponemos ser una familia modelo, para que familias enteras conozcan la
salvación en Cristo! (Hechos 16:31).
Leopoldo Lobo
www.colombiaderodillas.blogspot.com